El Tour afronta hoy tras la jornada de descanso el asalto a los Alpes con un duro final en el que los corredores que quieran mejorar sus posiciones podrán lanzar los ataques que no se han registrado hasta ahora. Nairo Quintana dijo ayer antes de abordar los Alpes, cuando se le preguntaba si su referencia ahora era Mollema, que «mi rival sigue siendo Froome y esperamos ver de qué manera podemos restarle los minutos que lleva».

La primera etapa alpina presenta hoy un recorrido propicio para los ataques. Además siempre es peligrosa una jornada de alta montaña tras un día de descanso que los corredores agradecieron para paliar su gran fatiga. Toda la dureza se concentra hoy en los últimos 31 kilómetros, con 23,4 de subida y ocho de descenso entre el col de la Forclaz (13 kms. al 7.9%, 1ª) y el final en Finhaut Emosson (10,4 kms. al 8.4%, HC). En los últimos siete kilómetros el promedio no baja del 9% y en los dos finales asciende al 10% y al 12,3%.

Nairo Quintana está en estos momentos fuera del podio y debe atacar no solo para acercarse a Froome, también para desbancar a Adam Yates y Bauke Mollema. Pero en su rueda de prensa de ayer no se marcó en ningún momento el podio como objetivo, sino desbancar a Froome. Para ello trasmitió que «lo que podemos buscar es que su equipo esté gastado. Ha traído un bloque fuerte y los ataques hasta ahora poco daño les han hecho. Algunos de sus compañeros podrían ser líderes en otros equipos y eso dificulta poder atacarle. La idea principal es dejarle solo sin equipo».

Se le ha criticado al colombiano, como a sus rivales, por no atacar a Froome, pero todos andan justos de fuerzas y el equipo Sky les intimida como hizo Poels en los Lacets del Grand Colombier, donde él solo respondió a todos los rivales. Quintana recordaba ayer que «ha habido momentos que quería atacar, pero vimos en el Ventoux que el único que ataqué fui yo y ya vimos lo que pasó por el equipo que tiene. El día de Culoz podía atacar, pero había una bajada peligrosa y tenía llano hasta la meta y no vamos a atacar porque la gente nos lo pida o por brindar un espectáculo que podría empeorar lo que tenemos. Vienen días bonitos en un terreno que ha marcado mi historia y tengo ilusión de hacerlo bien y de buscar el sueño amarillo».

Sin miedo a la crono

Quintana recordó que dos de los tres minutos que tiene de desventaja con respecto a Froome los perdió en la crono, pero no tiene miedo a la de mañana entre Sallanches y Megève de 17, 5 kilómetros: «La cronoescalada no tiene gran desnivel, pero tampoco creo que se harán tantas diferencias. Hay otras etapas para sacar tiempo y para mirar estrategias», dijo el colombiano.

Valverde comentó que tenían un plan para atacar al líder que no iba a desvelar y Eusebio Unzue mostró su esperanza de que Astana también castigue al Sky. La etapa más dura es la última alpina entre Megève y Morzine, con 146,5 kilómetros y las subidas a Aravis (2ª), La Colombière (1ª), Ramaz (1ª) y Joux Plane (HC). Quintana apuntó que «es una jornada dura que se puede jugar de diferente manera siempre que se den las condiciones. Es el último día y te lo puedes jugar el todo por el todo».

El líder teme más una caída que a sus rivales

Chris Froome manifestó en la rueda de prensa que ofreció ayer que «tener un equipo como el mío es un punto a mi favor, desanima a los demás corredores. Mis compañeros trabajan en la cabeza de la carrera, marcan el ritmo para permitirme mantener el maillot. Todo va de maravilla hasta ahora y vamos a ver qué pasa en el último bloque. Si otro equipo ataca, estamos preparados. Todos mis compañeros están en buena forma. con buen ambiente y moral. Las cosas que me dan más miedo son un incidente mecánico o una caída. Los adversarios son los que tienen que hacer la carrera los próximos días». J.I.