Movistar vivió ayer su peor día en este Tour. Comenzó con la noticia del fallecimiento a los 60 años de Dominique Arnaud, que dio la primera victoria importante al equipo navarro en la Vuelta de 1980 antes de volver para ayudar a Delgado y a Indurain a ganar sus primeros Tours. Siguió con la caída de Gorka Izagirre e Imanol Erviti en el primer kilómetro de la etapa que provocó que el guipuzcoano abandonara con fuertes golpes, pero sin fracturas. No pudo meter a ningún corredor en la fuga para ayudar a sus líderes y defender la general por equipos y en la última subida de Finhaut-Emosson no solo cedió Valverde tras intentar ayudar a Nairo Quintana. El líder del equipo no pudo seguir Porte y a Froome cuando lo intentó, pero tampoco a Adam Yates, Bardet, Aru y Meintjes en el peor día del que hasta ahora es su peor Tour.

El colombiano manifestaba en la jornada de descanso que mantenía su sueño amarillo y que su objetivo era recortar distancias con Froome, pero el inglés amplió las diferencias con todos sus rivales menos Porte, con el que llegó a la meta, y acompañarle en el podio pasa a ser el objetivo para el resto.

Adam Yates

Adam Yates salió reforzado ayer en esa pelea al llegar a solo ocho segundos de Porte y Froome y quedar a 26 del segundo, Mollema, que también acusó el duro final. Quintana queda cuarto a 34 segundos del inglés del Orica, pero también Porte se acerca a un minuto del colombiano con una crono hoy a su favor.

Y eso que Movistar intentó endurecer la parte final. Pero en la subida a Forclaz, Ion Izagirre no pudo seguir el ritmo del grupo principal y Anacona fue el único que pudo trabajar en cabeza del pelotón. Luego fueron los Astana Nibali y Rosa los que realizaron una labor de desgaste para intentar apoyar las opciones de Aru de mejorar posiciones y tras una aceleración de Valverde para preparar el ataque de Quintana fue Porte el único que tuvo fuerzas de atacar y distanciar a los demás y Quintana no pudo aguantar su rueda.

Fue el momento que quiso aprovechar Froome, que estuvo muy bien apoyado por Mikel Nieve y Wouter Poels en los últimos dos puertos, para marcar más distancias y el colombiano tampoco pudo seguirle. Ni a él ni a los cuatro corredores que salieron en su persecución. Las esperanzas de Quintana estaban en acabar mejor el Tour, como en los dos anteriores, pero ayer confirmó la sensación de debilidad de la segunda semana. Esta vez va a menos en vez de a más.

La cronoescalada de hoy de 17 kilómetros entre Sallanches y Megève será una etapa que abrirá distancias entre los aspirantes a las dos plazas de podio que están en disputa salvo accidente o desfallecimiento de Chris Froome, que es el más fuerte de todos. La crono tiene cuatro kilómetros iniciales llanos y des- pués se suben 653 metros de desnivel en 10,5 de ascenso para acabar con un descenso de 2,5.

Zakarin logra el primer triunfo para el Katusha

Ilnur Zakarin logró la victoria en Finhaut Emosson tras ser el más fuerte de una fuga que tardó 70 kilómetros en formarse, lo que provocó que se llegara con mucho adelanto a la meta con una media superior a los 40 por hora pese el duro final de alta montaña. Zakarin volvió a ceder en la bajada de Forclaz, donde se marcharon Pantano y Majka, que se aseguró la montaña, pero en la última subida fue muy superior al colombiano y al polaco. Dio la primera victoria al Katusha para compensar la caída que le obligó a dejar el Giro. La etapa comenzó sin Cavendish, lo que aseguró el maillot verde de Sagan, y con el abandono de Gorka Izagirre, que se suma al de Herrada. Movistar se queda con siete ciclistas y la moral tocada. J.I.