En la entrada al centro comercial BAB2 de Angelu se puede ver una señal de peligro con un Pokémon. Da la impresión de alertar sobre las criaturas fantásticas de los dibujos animados y el videojuego. Pero el caso es que el peligro no proviene de los Pikachus de turno sino de sus cazadores, personas que con los ojos fijos en la pantalla de su smartphone y la atención centrada en el “Pokémon Go” ya se han llevado por delante a varios clientes.Isabelle MIQUELESTORENA