Natxo MATXIN
KIROLA

Muchas concesiones atrás para la poca pólvora que hay arriba

En poco más de veinte minutos, los rojillos dilapidaron sus opciones de sacar algo positivo en Villarreal por falta de tensión defensiva.

VILLARREAL 3

OSASUNA 1

 

Dilapidó Osasuna en El Madrigal el crédito que había obtenido por la mejoría en el juego mostrada ante el Celta. En poco más de veinte minutos, los rojillos se quedaron sin opciones de traerse algo positivo de Villarreal por la falta de tensión defensiva. Los de Enrique Martín fueron un equipo que saltó al césped sin alma, dejando a un lado sus señas de identidad y tratándole de jugar con las mismas armas a su rival.

Lógicamente, eso fue un suicidio. Si la escuadra navarra no se mata por cada balón y le concede metros a un adversario que tiene mucha más calidad, nada bueno cabe esperar que te suceda. Con una facilidad insultante y un carril izquierdo que fue una auténtica sangría, los anfitriones no solo llegaron hasta el área rojilla con toda comodidad, sino que, una vez allí, pudieron triangular sin impedimento tanto como quisieron.

Inconcebible si tenemos en cuenta que una de las prioridades de este Osasuna ha sido la de amarrar atrás, máxima que le permitió subir a Primera. Tampoco cabe justificar ese cambio de actitud en el hecho de que la línea defensiva haya variado de cinco a cuatro elementos o que en los inicios del choque hubiera un doble pivote más creativo que destructivo. Ello puede explicar lo ocurrido, pero no disculparlo, pues quienes componen un conjunto recién ascendido tienen que ser conscientes de que solo con sudor pueden suplir la diferencia técnica respecto a adversarios que están más cualificados en este último apartado.

Con todos esos déficits en su mochila, el cuadro navarro naufragó en los primeros compases del encuentro. Las demasiadas concesiones que se consintieron atrás, sumado a la poca pólvora que hay arriba –excepción hecha de Sergio León– trajeron trágicas consecuencias en el electrónico. Martín puso en liza prácticamente el once con el que ensayó el sábado, salvo la entrada de Rivière, una decisión un tanto desafortunada, a la vista del estado físico del delantero francés y su falta de acierto. Oriol Riera, al menos, hubiera aportado trabajo y sacrificio.

Debut de Álvaro

Así las cosas, el envite estaba prácticamente finiquitado para el minuto 23, momento en el que Mario, que se lesionaría en una jugada posterior y daría lugar al debut del juvenil Álvaro Fernández, cometió penalti sobre Soriano. Claro que, el origen de la jugada, al igual que había sucedido en el 1-0, se originó de la vía de agua abierta en el costado zurdo de la zaga rojilla. Fuentes, poco ayudado por Clerc, que pagó los platos rotos con su cambio en el descanso, volvió a ser un auténtico coladero, del que bien poco le costó al Villarreal darse cuenta.

El partido iba hacia la catástrofe superada la media hora, cuando la tercera diana amarilla y la dinámica que se estaba produciendo aventuraban una goleada de escándalo con un conjunto local que se gustaba en cada acción que protagonizaba. Sea como fuere, al filo del descanso, el impagable Sergio León interpretó una jugada individual que confirmaba lo buen futbolista que es y daría cierto vuelco a la evolución del envite, aunque no desgraciadamente al marcador.

El penalti transformado por Roberto Torres permitió encarar la segunda parte con otra actitud bien diferente y, no nos engañemos, también porque el Villarreal levantó el pie del acelerador, ya que este jueves vuelve a tener una nueva cita europea en Bucarest. Al menos, Osasuna dejó otra impronta porque, aún sin inquietar a su adversario de manera peligrosa, sí que dejó una sensación de ser más equipo y enmendó, aunque solo en parte, la imagen desangelada que había ofrecido en la primera mitad.

Incluso se pudo permitir el lujo de apretarle las clavijas al Villarreal de haber conseguido un segundo tanto. Este pudo llegar en las botas del ahora titularísimo Sergio León o en las ocasiones que tuvo el desafortunado Rivière en las postrimerías del choque. Las inclusiones de Jaime y Olavide mejoraron sobre manera el panorama, hasta el punto de darle más fluidez a la conducción ofensiva rojilla, si bien con cuentagotas.

Concluida la sexta jornada sin conocer la victoria, a Osasuna solo le queda ahora levantar la cabeza y reconducir la rabia por los malos resultados a una mejoría defensiva y ofensiva que traiga consigo el primer triunfo ante Las Palmas.

 

Martín: «En el primer periodo nos faltó consistencia»

No se puede ocultar la realidad, aunque duela. Y el técnico rojillo, Enrique Martín, no lo hizo. Así, reconoció que a su equipo le faltó «consistencia» en la primera parte, lo que dio lugar a una fragilidad defensiva «que nos mató». Ello traerá consigo consecuencias, ya que «habrá que cambiar alguna cosa», debido a que «somos un equipo que va demasiado de cara».

«Debemos ser más competitivos. En la segunda parte el equipo lo ha hecho, ha dado la cara y, siendo positivos, me quedo con eso», aseguró el preparador de Campanas, para quien a partir de ahora los suyos deberán ser más contundentes y arriesgar menos a domicilio.

Cuestionado por su situación y la del equipo, indicó que no le preocupa lo que le pueda deparar el futuro. «Esto es fútbol, estoy desde pequeño y sé lo que puede pasar. Puede que, desde fuera, las cosas se vean con preocupación, pero desde dentro no lo son tanto», insistió.

Tampoco tuvo pelos en la lengua Roberto Torres, goleador al transformar el penalti cometido sobre Sergio León. «Hemos cometido errores que no nos han perdonado. Hay que darle una vuelta de tuerca, no solo al apartado ofensivo, sino también al defensivo, porque es lo que exige la Primera División», avanzó.

«Es cierto que los rivales no nos pasan por encima, pero tres errores en defensa nos han vuelto a penalizar –añadió–. Es evidente que todavía queda mucha competición por delante, aunque haber conseguido dos puntos de 18 posibles es muy significativo, tenemos que espabilar ya», señaló.

Por eso, el próximo encuentro frente a Las Palmas se presenta como decisivo. «Ya toca ganar, tenemos que hacerlo este próximo sábado. Creo que vamos por el buen camino, pero hay que reflejarlo con puntos. También nos han perjudicado las lesiones, pues nos faltan algunos jugadores muy importantes para este equipo», finalizó. N.M.

 

75 partidos en Primera sin anotar de penalti

Hasta el penalti que transformó ayer Roberto Torres han tenido que transcurrir nada menos que 75 encuentros en Primera. En concreto, la última vez que Osasuna anotó una pena máxima fue el 30 de septiembre de 2012, por mediación de Timor y su posterior mano a la oreja.

 

Kodro e Imanol fueron los descartados

Kenan Kodro e Imanol García fueron los dos descartes que decidió Enrique Martín de la convocatoria de 20 futbolistas que realizó el sábado. La escuadra navarra tiene previsto guardar descanso hoy y retomar el trabajo el martes a partir de las 10.00 en las instalaciones de Tajonar.