Agustín GOIKOETXEA
DONOSTIA

Munilla reforma la curia al objeto de superar la segunda grave crisis de su episcopado

Nuevos nombramientos en la diócesis de Donostia con los que José Ignacio Munilla trata de superar la segunda grave crisis en su episcopado. El prelado da responsabilidades a curas jóvenes y afianza a sus fieles.

A José Ignacio Munilla le cuesta que las personas a las que otorga responsabilidades estén mucho tiempo al frente de ellas, como lo demuestra que en seis años de episcopado en Donostia dos vicarios generales se hayan tomado «un año sabático». Con una Iglesia guipuzcoana dividida desde la llegada del prelado neoconservador, el de Zumarraga trata de dar una imagen de estabilidad institucional que no concuerda con la realidad, por mucho que se empeñe.

En ese contexto, el martes tomaron posesión de sus cargos el vicario general y los tres que se encargarán de tareas pastorales. Juan María Olaetxea Garaikoetxea, responsable de Pastoral desde hace tres años, es el nuevo vicario general. El lizartzarra pasa a asumir la responsabilidad que dejó de forma sorpresiva Juan Kruz Mendizabal Irizar, Kakux, en abril. El ormaiztegiarra, segundo en la jerarquía diocesana, ocupó en abril de 2013 el puesto de Joseba González Zugasti, hombre que era de la confianza de Munilla con el que acabó mal. Kakux, por el contrario, fue uno de los 131 curas firmantes del documento crítico con la designación del prelado.

Olaetxea fue antes de suceder a Mendizabal delegado episcopal del Clero, que le llevó a invitar a Gipuzkoa a dar conferencias a obispos y cardenales que defienden tesis preconciliares. Hombre cercano a las tesis de Munilla no se ha enfrentado al talante autoritario del prelado, a quien sus críticos acusan de «individualismo pastoral».

El nuevo vicario general, junto al canciller Tomás Iraola Sarasua, forman parte del núcleo duro del «equipo» de Munilla, aunque lo cierto es que la corresponsabilidad a la hora de dirigir la diócesis no es una de las virtudes de Munilla. Ahí las continuas deserciones aunque algunos compartan principios teológicos conservadores.

La novedad en la organización de la curia es el reparto de los temas pastorales. Xabier Andonegi se hace cargo de la Pastoral Social y Misiones; Unai Manterola Albizu de la Pastoral Litúrgica y Espiritual; y Mikel Aranguren Zubialki del área de Evangelización. Ha sorprendido esta última designación, ya que el azpeitiarra, de 37 años, fue ordenado sacerdote hace un año, siendo el primero desde hace nueve. Después de estudiar y trabajar en dirección de empresas, hace siete años optó por acudir al seminario de Gasteiz.

También se ordenó joven, hace una década, «para conseguir un mundo más digno y justo», el zumaiarra Unai Manterola, de 36 años, actual párroco de Orio y Aia, a quien gustan música, bertsolaritza y redes sociales. Veterano es ya Andonegi, director de Cáritas Gipuzkoa, que fue director del Instituto Superior de Ciencias Religiosas, crítico con el nombramiento por la Santa Sede de quien ahora le otorga responsabilidades en el gobierno de la diócesis.