Pistola
En algunos lugares a la barra de pan la llaman pistola. “Deme dos pistolas” es una frase común, en esas panaderías o en esas armerías que forman parte del sustrato ideológico de una confederación que va a elecciones hoy y que mantendrá a todos los medios de comunicación del mundo pendientes de unos detalles que pueden cambiar la historia. ¿De qué historia? Sobran los agoreros, gane quien gane el futuro está nublado. Pero lo de la pistola del título es por un video promocional de la campaña de Trump Tower, donde se le ve diciendo las consignas cafres de rigor y de repente aparecen tres monstruos de más de cien kilos en canal y al grito de “una pistola”, se lo llevan del estrado de manera contundente. Alguien debería haber gritado, “¿una sola?”, porque lo normal es que en ese recinto hubiera decenas de pistolas.
Por cierto, los miembros de su seguridad son masas musculares blancas, lo que forma parte del mensaje electoral. Porque hay algo que me deja perplejo y no acabo nunca de comentarlo con mi asesor estético ni con mi confesor ni con mi terapeuta: cuando se produce en USA uno de esos rutinarios crímenes de policías contra varones afroamericanos desarmados, en la posterior rueda de prensa algún alto cargo del sistema policial es siempre un afroamericano uniformado. Es una especie de contradicción convertida en material difusor de una circunstancia eximente que, si se fijan, en las series y en las películas de género, sucede lo mismo. Los comisarios y jefes intermedios de las comisarías acostumbran a ser afroamericanos; los cargos electos y políticos ya vuelven a ser, normalmente, blancos, muy blancos a ser posible. No pierden puntada.
El primer martes después del primer lunes de noviembre, los electores del Imperio deciden entre lo malo y lo peor. Y muchos con la pistola en el sobaco.

El servicio de ambulancias de Osakidetza, de camino a urgencias

Peixoto, euskararen eskutik abertzaletu zen betiereko militantea

El PP amenaza con el exterminio político a EH Bildu y sin tener turno de palabra

El exalcalde de Hondarribia fichó por una empresa ligada a Zaldunborda
