Al menos 27 civiles murieron ayer en bombardeos del régimen sirio contra los barrios bajo control rebelde de la ciudad de Alepo. Por quinto día consecutivo, una profusión de cohetes, obuses y barriles de explosivos se abatió sobre la ciudad, causando un estruendo aterrador y estremeciendo el suelo y los inmuebles, según relató el corresponsal de AFP. «Es un día catastrófico en Alepo, asediada con un bombardeo sin precedentes con todo tipo de armas», afirmaron los Cascos Blancos, un cuerpo de rescate presente en la zona rebelde. El opositor Observatorio Sirio de los Derechos Humanos afirmó que «prácticamente ningún barrio del este de Alepo se ha librado hoy de los bombardeos del régimen» y elevó a 92 la cifra de civiles fallecidos desde el martes, cuando el régimen retomó, tras un mes de suspensión, los bombardeos sobre los barrios orientales de la ciudad, que las tropas del presidente, Bashar al Asad, que dominan los barrios occidentales, quieren reconquistar. A su vez, en el oeste de Alepo, dos civiles murieron por disparos de cohetes lanzados por los rebeldes.

Las escuelas del este de Alepo anunciaron la suspensión de las clases ayer y hoy para garantizar «la seguridad de los alumnos y los profesores tras los bombardeos salvajes».

En los últimos días, las bombas han golpeado establecimientos sanitarios hundiendo a los 250.000 habitantes que, según estimaciones, aún residen en los barrios orientales en una situación cada vez más dramática. El viernes, un bombardeo en el barrio rebelde de Maadi destrozó parcialmente uno de los últimos hospitales de la zona, dejándolo fuera de servicio. Dos pacientes murieron y varios enfermeros resultaron heridos. según o una fuente médica.

Y el último hospital pediátrico que permanecía abierto tuvo que ser evacuado, tras ser alcanzado por barriles explosivos el miércoles, indicó la Asociación de los Médicos Independientes, que gestiona el establecimiento.

Para Médicos Sin Fronteras se trata de«una jornada negra para el este de Alepo, donde los violentos bombardeos causaron graves daños a los pocos hospitales que aún podían proporcionar cuidados médicos».

A juicio de Fabrice Balanche, experto sobre Siria en el Washington Institute, centro de análisis con sede en EEUU, Damasco trata de acelerar la ofensiva antes de que Donald Trump acceda a la Casa Blanca en enero. «Está claro que Rusia, Damasco y Teherán quieren reconquistar rápidamente el este de Alepo. EEUU está paralizado, hay que poner a Trump ante el hecho consumado en enero», afirmó.