El 112-84 con el que se perdió frente a CSKA de Moscú sigue doliendo en las huestes de Saski Baskonia. Pero no hay tiempo ni para lamentarse, porque el cuadro gasteiztarra se enfrenta hoy mismo a Iberostar Tenerife en Zurbano a partir de las 12.30.

Sobre el papel, la escuadra aurinegra sería una víctima propiciatoria de los males europeos de Saski Baskonia, pero nada más lejos de la realidad. Amén de que el conjunto de La Laguna ocupa la tercera plaza liguera con un balance de 7-2 –por 6-3 de los de Sito Alonso, por ejemplo–, llega bajo la dirección de uno de los «enemigos públicos» preferidos de la grada gasteiztarra: Txus Vidorreta, un hechicero que, en apenas un año, no solo ha reconducido el mal arranque del año pasado de los aurinegros, sino que le ha dado un sello propio al equipo, y que practica un juego atractivo.

Aparte de que el propio Vidorreta suele motivarse con sus visitas a Gasteiz. Silbado e insultado a discreción, el de Indautxu suele enseñar trampas tácticas que a veces se les atragantan a sus rivales. Sin ir más lejos, la pasada temporada sacó de sus casillas a Perasovic y los suyos, ya que Iberostar Tenerife se imponía en Zurbano por 92-98, un resultado que el propio Velimir Perasovic calificó como «una cura de humildad».

Corregir los errores

A pesar de la paliza encajada en Moscú, Sito Alonso y los suyos bien harían en ser conscientes que no todo fue malo; el 17-27 con el que se decidió el primer cuarto no llegó de la nada, y por muy bien que juegue Iberostar Tenerife, su nivel no es, ni de lejos, como el del CSKA de Moscú.

Se sorprendía el técnico baskonista de la «frustración» de sus jugadores por la rápida remontada rusa del viernes y mandaba analizar «por qué se cae el equipo cuando las cosas van regular».

Por un lado, parece obvio que solo Larkin está aportando al nivel requerido desde el puesto de base, ya que Beuabois no es base puro y Rafa Luz no consigue dar con la tecla que haga funcionar al quinteto cuando juega. Asimismo, la defensa del bloqueo directo es uno de los caballos de batalla de este Baskonia, toda vez que los interiores, y más con la probable ausencia de Budinger, tienden a quedarse a dos aguas cuando los atacantes superan la defensa exterior.