Mientras Esco- cia celebra- ba el día de su santo (St Andrew’s Day, el SNP ponía punto y final a lo que ha sido el mayor ejercicio de escucha realizado por la formación nacionalista en lo que a la historia del partido se refiere. El objetivo: que dos millones de escoceses opi- naran sobre temas tan sensibles como el Brexit o la independencia del país. Sin cifras finales en mano, pero con la información aportada por fuentes del SNP, el trabajo de calle de miles de militantes ha hecho que más de 1,7 millones de personas hayan podi- do opinar sobre dichos temas.

Y es que, por el momento, la formación nacionalista no se atreve a hacer públicos ni los datos de participación ni las conclusiones que han dejado las opiniones recabadas. He- cho que ha provocado que se hayan levanta- do algunas suspicacias en la opinión pública escocesa, en la cual la opción independen- tista no pasa por sus mejores momentos. La última encuesta, publicada el mismo día en el que finalizaba la primera parte de la cam- paña independentista del SNP, mostraba que el apoyo a la independencia del país estaría por debajo del umbral alcanzado en el refe- réndum del 2014, donde un 45% de los esco- ceses apostó por ella.

Dicha encuesta, realizada por YouGov para el diario ‘The Times”, concluía que un 44% de la ciudadanía escocesa respaldaría a día de hoy la opción independentista, lo cual signi- ficaría que el independentismo escocés ha- bría caído a los niveles más bajos desde el referéndum en setiembre de 2014. Cabe re- cordar que los días posteriores al Brexit algu- nas encuestas llegaron a situar el apoyo a la independencia en un 60%.

Giro independentista

Sin embargo, la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, ya consiguió sorprender a propios y extraños cuando en marzo, ante miembros de su partido, anunció una nueva campaña independentista para este pasado verano, que acaba de finalizar su primera etapa. El anuncio, para nada esperado en el espectro político escocés, dejaba entrever un nuevo giro independentista en caso de que el Brexit se impusiera en el referéndum del pa- sado 23 de junio, por lo que la victoria de los favorables a abandonar la Unión Europea (UE) hizo que la posibilidad de celebrar un nuevo referéndum volviera a cobrar relevan- cia en el debate político. Lanzó una moneda al aire y le salió cara.

Por ello, y aunque el independentismo sigue sin convencer a la mayoría de los esco- ceses, Sturgeon cuenta todavía con algunas balas en la recámara para impulsarlo. La misma encuesta de YouGov anteriormente mencionada mostraba a su vez que el por- centaje de escoceses que apoyan la perma- nencia en el bloque de los Veintiocho ha- bría subido de un 62% a un 65% en los últi- mos cinco meses, lo cual da margen al Go- bierno de Edimburgo para acertar en su estrategia de cara a las negociaciones que está previsto que Londres y Bruselas inicien, en principio, en marzo del año que viene. Ni tampoco el hecho de que el SNP no quiera hacer públicas las conclusiones de su ejer- cicio de escucha quiere decir que éstas sean insatisfactorias o contrarias a los deseos de la formación. Sturgeon ya consiguió sor- prender a la opinión pública, y puede volver a hacerlo.

Todo parece indicar que el SNP deberá tratar con una ciudadanía que quiere man- tenerse unida a Europa pero que sigue siendo reticente a la independencia escoce- sa. Ante ello, el partido nacionalista está explorando opciones –la BBC filtró que el Gobierno de Nicola Sturgeon está pensando en el modelo noruego, país que no forma parte de la UE pero sí del mercado único europeo– y diseñando su estrategia de cara a las negociaciones del Brexit, estrategia que hará pública antes de fin de año. Con o sin la opción independentista sobre la mesa.