El congreso federal de la Unión Cristianodemócrata (CDU) aprobó por mayoría la propuesta planteada por las Juventudes de la Unión para derogar la normativa actual, consensuada en 2014 en el seno de la gran coalición del Gobierno de Merkel.

Esta norma afecta principalmente a los hijos de padres turcos, a los que, de prosperar la iniciativa de la CDU, se permitiría mantener las dos nacionalidades solo hasta alcanzar la mayoría de edad, cuando tendrían que decidirse por una.

La gran coalición en el Gobierno había adoptado en 2014 una fórmula de compromiso, impulsada por el Partido Socialdemócrata (SPD), según la cual se les permitía mantener ambas nacionalidades. El ministro del Interior, Thomas de Maizière, defendió la fórmula vigente, pero finalmente los delegados se pronunciaron en contra.

De Maizière argumentó que, sea quien sea el próximo socio de gobierno de la CDU, en caso de ganar las elecciones generales de 2017, no será factible derogar la cláusula de la doble nacionalidad, ya que ninguno de los potenciales nuevos aliados lo respaldaría.

La propia Merkel explicó en declaraciones a la cadena de televisión N-tv tras el congreso que, pese a la opinión mayoritaria en su partido, vería «equivocado» cambiar el sistema pactado con el SPD y volver al modelo previo, más restrictivo. Además, aseguró que no habrá cambios en lo que resta de legislatura y que no tiene «intención» de hacer campaña sobre ese asunto.

En una encendida intervención, Jens Spahn, miembro de la cúpula de la CDU, remarcó que, por encima de los compromisos de una futura coalición, un congreso debe servir para dejar clara la posición del partido.

La ley de asilo, la relación con Turquía y otras propuestas, como la prohibición del burka en espacios públicos, han sido los temas principales a debate. El secretario general del partido, Peter Tauber, ha condensado varias mociones consensuadas entre la cúpula de la CDU. El documento «Orientación en tiempos difíciles» incluye algunas propuestas del ministro del Interior del land de Baden-Württemberg, Thomas Strobl, del ala más derechista.

 

Con la mira puesta en setiembre de 2017

La canciller alemana, Angela Merkel, cerró ayer el congreso de su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU), con la vista puesta en el próximo año electoral, en el que se celebrarán tres comicios regionales y unos generales: las elecciones en el land de Sarre se celebrarán el 26 de marzo; las de Schleswig-Holstein, el 7 de mayo; y las de Renania del Norte-Westfalia, el 14 de mayo.

Merkel, que fue reelegida el martes presidenta de la CDU para otros dos años, se mostró satisfecha por la renovación de la cúpula de la formación y la aprobación de un conjunto de posturas, los mimbres con los que se elaborará el programa electoral. Apuntó que aún queda «un montón de trabajo» por delante y que los próximos pasos consistirán en elaborar una hoja de ruta conjunta con la bávara CSU a partir de enero y negociar el programa para tenerlo listo para mediados de año.

Merkel reclamó a los delegados de su partido un debate inclusivo de los puntos del programa y les recordó la importancia de aportar «una oferta para cada persona» en Alemania.GARA