Pablo CABEZA
BILBO

EtsaiakEroak, jarkore, punk-rock y metal interpretado a presión

Aitor Ibarra «Auo» inicia su carrera como vocalista siendo un crío. Tal y como si mirase desde una rendija observa a sus primeros grupos idolatrados: R.I.P. Cicatriz, Hertzainak, Eskorbuto, La Polla y sueña que quiere ser uno de ellos, parte de esa historia. Con 16 años se sube por primera vez a un escenario al frente de Etsaiak. Aquella visceralidad enérgica y juvenil se mantiene décadas después, ahora con una propuesta ruda y contundente llamada EtsaiakEroak

Discurre el verano de 1987. El punk-rock recorre buena parte de la geografía. En Lekeitio ya se han organizado algunos festivales y cuentan con uno de los gaztetxes pioneros. De sus calles nace Etsaiak, motivados por los ritmo rápidos y la situación político-social. Aitor Ibarra, conocido como “Auo”, recuerda: «Tenia 16 años, y la suerte de compartir local, cuadrilla e inquietudes en el gaztetxe de Lekeitio, con los hermanos Erdozia (Paul batería y Jokin bajista). El cantante provisional (el recordado Igor Lamikiz) también tocaba la batera en Zulo, y como el 27 [un sábado de agosto del 87] se celebraba el festi inauguración del gaztetxe, los hermanos me preguntaron si me animaba a cantar que para Igor era mucho lío con el doblete, Me dijo: ‘¿te animas a cantar con nosotros’?’. Solo contesté: ‘He visto que están haciendo el cartel. Cómo nos vamos a llamar?’. Y saltó el grande y difunto Jokin: ‘A mí me mola Etsaiak’, nos miramos todos entre risas y dije bueno, Enemigos, me apunto. Y así hasta hoy, que estoy en Goizueta, casi a 30 años e ilusionado con EtsaiakEroak. Lo brutal es que a pesar de todo el tiempo transcurrido me arrastra la misma ilusión. Náufragos, locos, pero con la misma sensación: enemigos del sistema».

Para Auo, la distintas pausas de Etsaiak le han permitido mantener la tensión, el deseo, y seguir activo. «Gracias a que hemos sabido hacer descansos a lo largo de nuestra historia, seguimos vivos, sí. Entre las fases 1987-2003, 2007-09, 2015-16, Etsaiak hemos producido más de quince trabajos entre más de quince componentes. En la pasada azoka de Durango teníamos las últimas canciones de Etsaiak y este nuevo proyecto EtsaiakEroak. Se ve que la energía y las ganas de seguir luchando se trasmiten. ‘Somos la mala hierba que nunca morirá’, gritamos en la canción ‘Naufragoak’. De todo esto descienden nuestros más de 10 hijas e hijos [risas], lo que sin duda, ha limitado nuestro camino descontrolado (igual que a gran parte de nuestros seguidores). Pero a la vez, fue la salvación ante nuestra destrucción. Desde ese punto cada componente decidió tomar su propio camino, atados a la música, pero también a las ganas de vivir. Después de ver lo que paso con muchos de los grupos que nos inspiraron al comienzo, con drogas, descontrol, destrucción, nos sentimos supervivientes. El haber sobrevivido nos ha enseñado a tener los pies en la tierra. Lo podemos contar en voz propia, que no es poco».

En el videoclip de “Naufragoak” acapara entorno y sensaciones, la supervivencia, la ilusión por un futuro. «Se ha filmado con la costa de Lekeitio marcando territorio. ¿Qué mejor entorno para naufragar? La isla de fondo, tambores piratas, akelarre entre olas y al gran mangi de Lekeitio, Iñaki Pajares, de actor principal. Qué lujo, nuestro salitre salpicando las cámaras. Todo esto acompañado con nuestro festi debut en Martutene, e imágenes en directo de los desmadrados de Iparralde [imágenes del último festi de Etsaiak en Arrangoitze], codazos y pogo entre riffs de hard-core destroy. Recomiendo que se vea».

La nueva banda es un conjunto de músicos experimentados. Brillantes. Sonido explosivo nacido desde el corazón de su vocalista. «Llevábamos desde 2009 sin juntarnos, Paul en Edinburgo, Txapelpunk a tope, y yo enredando para poder reunir a Etsaiak. Un colega de Lekeitio que vive en Erromo, fanático de Etsaiak, me recomendó que viera en directo a unos tipos. Me llevó a la sala Sonora de Erandio a ver a los Space Octopus. Qué pasada, allí conocí a Dann Hoyos (guitarra) y Jorge Sánchez (bajo)… sin dudarlo les propuse juntarse con nosotros para la gira 2015-16. Y hasta hoy. No solo resucitamos Etsaiak gracias a ellos, sino que además me han ayudado a reinventarnos con EtsaiakEroak».

Otra pieza fundamental en la trama es Txus Lozano, de Ondarroa, guitarra en la penúltima etapa de Etsaiak, y también miembro de la recordada Pin Pan Pun Band. «Productor, compositor, inquieto showman y timonel del estudio Luberri, Txus ha conseguido coordinar todo este enorme mogollón…».

«Dann y Txus se intercambian los punteos, como si fueran hermanos que lo llevan haciendo desde niños. Se cruzan en este cóctel. La escuela de la calle, con las escalas de partitura, los churros y el salitre de Ondarroa. Me encanta este mestizaje. Si a ello le sumamos la percusión de Axular, que hace retumbar las aldapas gora ta behera de Mutriku, fabricamos canciones como “Batukadan”. Me da hasta un poco de apuro subirme a un escenario con este escuadrón. Qué pena que nunca haya aprendido a entonar, aunque sea un poco, en estos 30 años».

Queja positiva, pues implica saber dónde se está y cómo sacarse el máximo a uno mismo. Y en esto Auo es único. Ningún seguidor lamenta las melodías y vive, por contra, su descarga vocal como si fuese otro instrumento con distorsión. Pura vitalidad no perdida desde chaval.

«Con 13 años vi el primer concierto punk que se hizo en el frontón de Lekeitio, y eso cambio mi vida. Abrieron Hertzainak, que todavía iban a 220 km/h, y cuando vi a Gari montar aquel show, ni lo dude: ‘eso es justo lo que quiero hacer y ser’, pensé. Y chuté el balón para siempre. Además, cuando con R.I.P., penúltimos, se montó una batalla campal, y vi a mis nuevos héroes escondidos detrás de los amplis evitando aquella lluvia de latas, aluciné... Como era típico, no se pudo ni acabar el concierto de la que se preparó. Aquello nos llegó muy dentro. Al poco, cuando miré a mi alrededor, mis colegas Txapel, Igor o Jokin ya se habían hecho crestas... Encima, en este estilo no eran necesarios grandes dotes para cantar y eso es lo que me ha animado siempre: llevarlo en el corazón y ponerle ganas ya es suficiente, trémolo, gritos y a disfrutar».

El espléndido y demoledor “Naufragoak” (Baga Biga) se ha grabado en dos estudios y terminado en Berriz con el estimado Aitor Ariño. «Qué risas se echó Aitor Ariño, cuando por enésima vez asalté su estudio Lorentzo sin avisar y le lloré al hombro: ‘Aitor tengo que mezclar esto hoy, porque pasado mañana es el último día para mandar a fábrica y llegar a la Azoka’. Lleva pasando lo mismo desde la maqueta de Etsaiak y ahora, EtsaiakEroak no iba a ser menos. Le dije, ‘tranqui, estamos pasando las pistas al disco duro, ¿en qué formato las quieres capitán Aitor?’». Y a trabajar.

“Naufragoak” es el vértigo del jarkore, el punk y el rock con algún toque metálico. Todo es posible por la calidad de sus músicos. Pero la contundencia, la palabra díscola y la energía emergen sobre los músicos: «Qué fácil nos lo siguen poniendo, a la hora de tener que crear más canciones de repulsa, o sea, de desahogarnos para no ahogarnos. En “Naufragoak”, hemos realizado un pequeño homenaje a los ochenta. Estribillo con himnos que se te quedan tatuados en la cabeza. Frases de Eskorbuto, Evaristo, RIP, Etsaiak. Con este poupurri, cantado en rap, y con base de percusión, puede que más de una cresta se levante de su tumba».