Amnistía Internacional (AI) denunció que se han vuelto a producir «devoluciones en caliente» de cerca de 70 personas después de que cerca de 1.100 inmigrantes intentaran saltar la valla de Ceuta en la madrugada del primer día del año.

En un comunicado, la organización alertó de que el 1 de enero se produjo «una de las mayores expulsiones sumarias» de los últimos meses.

El director de Amnistía Internacional, Esteban Beltrán, indicó que solo dos personas heridas graves lograron entrar en Ceuta y se encontraban hospitalizadas, pero se ha expulsado a gente «con heridas leves».

«Nos preocupa que las personas no estén accediendo a procedimientos individualizados de asilo, puesto que en este intento de salto podría haber tanto solicitantes de asilo como personas de colectivos vulnerables, incluidos menores, que no estarían accediendo a esos procedimientos», añadió el director de la organización.

Beltrán denunció que el Estado español cuenta «con el dudoso honor» de situarse en un grupo de países como Bulgaria, Hungría y Turquía, que llevan a cabo «expulsiones en caliente», que están prohibidas por el derecho internacional y que impiden que personas que huyen de la guerra y la persecución accedan a la protección internacional. En 2016, más de 2.000 personas han intentado entrar por Ceuta y Melilla en al menos diez saltos masivos, y centenares de ellas han sido devueltas, según Amnistía Internacional.

Exigió que cesen las «expulsiones en caliente» y que se garantice que todas las personas tienen acceso tanto a procedimientos individualizados de asilo como a la atención sanitaria.