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AI denuncia que se arma a milicias chiíes iraquíes «críminales de guerra»

Amnistía Internacional (AI) denunció ayer que las milicias progubernamentales iraquíes, en su mayoría chiíes, utilizan las armas suminitradas por los occidentales para cometer crímenes de guerra y pide al Gobierno que garantice el control de sus arsenales.

Las milicias paramilitares, integradas principalmente por chiíes y que combaten dentro de las Fuerzas Armadas iraquíes contra el Estado Islámico (ISIS), utilizan armas de arsenales militares iraquíes, suministradas por EEUU, Europa, Rusia o Irán, para cometer crímenes de guerra, según Amnistía Internacional (AI).

En su informe, recoge los resultados de investigaciones sobre el terreno y detallados análisis de fotografías y vídeos elabo- rados desde junio de 2014 que han permitido determinar que estas milicias se han beneficiado de transferencias de armas fabricadas en al menos 16 países, entre las que figuran tanques y artillería y una amplia variedad de armas pequeñas.

Las Unidades de Movilización Popular las usan para facilitar la desaparición forzada o secuestro de hombres y niños, la mayoría suníes, la tortura y detención arbitrarias, las ejecuciones extrajudiciales y las destrucción gratuita de bienes de «miles» de civiles que huyen de zonas controladas por el ISIS, sobre todo en los alrededores de Mosul.

Compuestas de 40 o 50 milicias, se establecieron a mediados de 2014 para ayudar a combatir al ISIS. Hasta finales de 2016 no quedaron integradas formalmente en las Fuerzas Armadas, pero recibían apoyo del Gobierno desde mucho antes.

«Los proveedores internacionales de armas, como EEUU, diversos países europeos, Rusia e Irán, deben darse cuenta de que con todas las transferencias de armas a Irak se corre un riesgo real de que acaben en manos de milicias con un largo historial de violaciones de derechos humanos», dijo Patrick Wilcken. «Todo Estado que venda armas a Irak tiene que demostrar que se aplican medidas estrictas para garantizar que no son utilizadas» por estas milicias, indicó.

«En vez de aclamar a las milicias como héroes que combaten para poner fin a las atrocidades del ISIS y hacer que se envalentonen, las autoridades deben dejar de hacer oídos sordos a los abusos sistemáticos, que fomentan las tensiones sectarias», reclamó Wilcken, quien instó a Bagdad a «poner freno con urgencia» a las milicias y a adoptar medidas para garantizar que sus arsenales «están seguros y controlados».