Casi 40.000 personas se habían inscrito ayer para acompañar mañana, 6 de febrero, al expresidente catalán Artur Mas y las exconselleras Joana Ortega e Irene Rigau al juicio por el 9N, y unos 157 autocares saldrán de diversos puntos de Catalunya para transportarlas a Barcelona, porque consideran que «está en juego la democracia».

La Assemblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium Cultural (OC) y la Associació de Municipis per la Independència (AMI) reunieron ayer en el colegio barcelonés de La Salle Gràcia, escenario de una de las fotografías más conocidas de la consulta de 2014, donde hicieron públicos esos datos, aunque el presidente de Ònmium, Jordi Cuixart, dijo que habrá muchas más personas que saldrán a la calle.

Cuixart hizo un llamamiento a participar en el acto mañana, señaló que este juicio ofrece la oportunidad de volver a reivindicar el 9N e insistió en que Europa mirará a Catalunya y verá que un Estado «demofóbico» juzga a un presidente elegido democráticamente. Instó a Europa a tomar partido en este contencioso entre Catalunya y el Estado español, al que calificó de «caduco e incapaz de resolver con diálogo los problemas que tiene», por lo llamó al diálogo.

Neus Lloveras, presidenta de la AMI, señaló que este juicio es uno de los hechos «mas graves en nuestro país desde el franquismo», ya que «por primera vez se juzga a un presidente democráticamente elegido».