Víctor ESQUIROL
CRÍTICA «Lego Batman: la película»

Lego Batman Begins

Todas las grandes películas empiezan igual: Con la pantalla en negro y una potente voz en off poniendo en situación al espectador. A los pocos segundos de empezar el discurso, van desfilando los logos de las productoras, todas importantes; potentísimas. Alguna de ellas, gigantescas. También hay que hacérselo venir para introducir una cita contundente de alguien respetado y venerado. Toca echar mano de frases tipo motivacional, para seguir calentando el patio de butacas. Una vez puestos todos estos elementos sobre la mesa, ya puede empezar el espectáculo, y tiene que hacerlo, ni falta hace decirlo, a lo grande.

Asimismo arranca, precisamente, “Lego Batman: la película”, spin-off dedicado a uno de los personajes más memorables de aquella maravilla animada titulada “La LEGO película”. Tres años después del lanzamiento de aquel hit, buena parte de su equipo responsable se vuelve a unir para apostar por la misma fórmula, demostrando así que esta, si bien ha perdido algo de frescura (elemental) sigue funcionando a las mil maravillas. Tanto, que sin miedo a hacer el ridículo, puede decirse bien alto que esta es, sin duda, y de largo, la mejor película de/con Batman desde la magistral “El caballero oscuro”, segunda entrega de la estupenda trilogía del hombre-murciélago concebida por Christopher Nolan.

Eso sí, cuidado y aviso a navegantes: estamos en las antípodas del cine de Nolan. A reír se ha dicho, pues estamos ante una de las parodias más redondas de los últimos tiempos. El director Chris McKay roza la perfección al demostrar un dominio absoluto de la esencia Batman. La coge, la desnuda (para reírse de/con ella, claro) y finalmente la reviste del espíritu de nuestra época. He aquí un circo de cuatro pistas totalmente testigo (y cronista) perfecto del s.XXI. Una bomba meta-referencial posmoderna. Tan hiperbólica y desmadrada como desternillante. Un lujo.