Víctor ESQUIROL
LOCAS DE ALEGRÍA

Valeria Bruni Tedeschi, ese loco concepto

A tención, pregunta: ¿Qué tienen en común Isabelle Huppert, Keanu Reeves, Sandra Bullock, Jordi Vilches y Valeria Bruni Tedeschi? Pues que, para bien o para mal, hace tiempo que dejaron de ser actores, y se convirtieron en conceptos. Por ejemplo, la primera citada, protagonista de uno de los mayores escándalos de los últimos Óscar. La Academia la nominó en la categoría de Mejor Actriz, cuando todo el mundo sabe que solo podía optar al premio de Mejor Isabelle Huppert. Y es que desde hace décadas, la mujer se interpreta (brillantemente) a sí misma. En distintos escenarios y circunstancias, tal vez, pero siempre fiel a lo que implica ser Isabelle Huppert.

Lo mismo se aplica al último nombre de la lista. Hace cuatro años, Valeria Bruni Tedeschi, hermanísima de Carla Bruni, dejó plantada a la organización del festival de Cannes al considerar que la prensa solo estaba interesada en conocer las interioridades de su familia... y no de ella misma. Desde entonces (sobre todo desde entonces) se ha dejado ver en incontables proyectos, mostrando en todos ellos esta misma actitud.

En “Locas de alegría”, no se marca la excepción. El nuevo film de Paolo Virzì es una especie de “Thelma & Louise” a la italiana... y a lo loco. Literalmente. El que Bruni Tedeschi se apuntara a dicha propuesta, era casi cuestión de aritmética. El que este sea uno de los mejores papeles de su carrera, también. Como pez en el agua, o para emplear la jerga al uso, como demente fuera del manicomio. Así se mueve y actúa la propia película, la cual hace de la locura, una –desquiciante– virtud. Así llena la pantalla Valeria. De forma desatada, sin control, buceando en las cloacas de su propio ego... Brindando al espectador una de las road movies más desesperantemente auténticas, divertidas y angustiosas de la temporada.