El islam en Europa (I)
Pese a que los musulmanes europeos suponen sólo el 3% de los musulmanes de todo el mundo, el islam es ya la primera de las minorías no cristianas en Europa. Y no sólo es cuestión de números.
El islam ha sido parte de la historia europea desde sus inicios. Más aún, el humanismo liberal, que tan ufanamente reivindicamos como base del Renacimiento europeo, tiene sus orígenes en el islam, con sus universidades de derecho, filosofía, medicina, retórica, «al-gebra»... Utilizamos muchos términos árabes sin saberlo.
El islam forma parte de la realidad europea y formará parte esencial y creciente de su futuro. No faltan los que alertan de un crecimiento exponencial de los musulmanes, proyectando sus actuales tasas de natalidad y olvidando que el islam es una religión en expansión en todo el mundo.
Tampoco faltan los que caricaturizan al islam como algo unívoco, cuando no hay una sino muchas comunidades musulmanas en Europa. Como hay muchas maneras de vivir el hecho de ser musulmán en Europa: desde los que defienden la integración, los que se aferran a sus tradiciones de origen y los que buscan una nueva manera de ser musulmanes en Europa. De estos últimos los neosalafistas, y no digamos los yihadistas, son una minoría. Pese a que hacen mucho y sangriento «ruido».

Comunidades musulmanas diversas herencia del viejo imperio británico
Los aproximadamente tres millones de musulmanes viven en comunidades distintas y a menudo aisladas, tanto desde el punto de vista religioso (suníes, chiíes), como nacional, desde bengalíes y paquistaníes a turcos, pasando por los somalíes. A los indios de clase media-alta e integrados hay que contraponer los procedentes de países musulmanes en guerra, muy pobres y que viven en guetos. De estos han salido los yihadistas británicos en Siria e Irak.
Focos de la discriminación social y económica, faros para la yihad
Los suburbios de Birmingham, en Inglaterra, el extrarradio bruselense de Moolenbeck, y banlieues como Saint-Denis en París y en la inmensa mayoría de ciudades francesas se han convertido en focos de discriminación y de no futuro desde los que han salido miles de candidatos a yihadistas en Oriente Medio y en Europa, con los periódicos e indiscriminados atentados. El último, en Westminster.
De Al Andalus a una convivencia problemática... pero menos
Lejos queda Al Andalus. La población musulmana en el Estado español proviene de forma mayoritaria de la llegada en los ochenta y noventa de inmigrantes de orígenes diversos, buena parte de ellos de Marruecos. La crisis global, que ha hundido el mercado laboral español, y la ola de atentados yihadistas al calor de la guerras en Oriente Medio han atizado una creciente islamofobia. Aunque menor que en otros países vecinos, habida cuenta de que el del 11-M sigue siendo el atentado con más víctimas en Europa Occidental.
El futuro del islam europeo se juega en terreno francés
Los musulmanes son un 8% de la población del Estado francés, la mayor proporción en Europa Occidental, aunque en cifras absolutas ya ha sido superado por Alemania. La mayoría provienen de la diáspora de la excolonia de Argelia. Guetizados en las periferias otrora fabriles de las grandes ciudades (banlieues), siguen sin ser reconocidos como ciudadanos de pleno derecho. Miles de jóvenes han pasado de la cárcel al ISIS, mientras el país se hunde en la islamofobia liderada por el FN.
El islam es anterior a la creación del Estado ruso
El islam en Rusia no es una religión de inmigración postcolonial ni un efecto de la actual globalización. Los musulmanes son ciudadanos nativos del territorio de la actual Rusia. El islam penetró por el Cáucaso en el siglo VII, siglo primero del calendario musulmán, y llegó a la región del Volga (actuales Tatarstán, Baskortostán, Chuvasia), expandiéndose gracias al comercio incluso hasta los Urales y Siberia (Jakasia). Rusia, constreñida en el Rus de Kiev, no podía rivalizar con la Horda de Oro, los kanatos de Kazai, Astracán... Fue Iván el Terrible quien en el siglo XIV inició la conquista y expansión de Rusia, que suma 20 millones de musulmanes hoy (15% de la población). Y va a más.
Una diáspora turca con su peso político en Europa
El referéndum presidencial del 16 de abril en Turquía y la polémica por la prohibición de mítines pro-Erdogan han evidenciado la importancia de la diáspora turca (y kurda) en Europa. Alemania es el país receptor por excelencia, sin olvidar a los Países Bajos y otros. Invitados como mano de obra barata para la industria, la mayoría proceden de Anatolia, feudo del islamismo del presidente Erdogan. Un caso distinto, pero con su importancia política, son las minorías turcas en los Balcanes (Bulgaria...).
Financiación de los musulmanes y de sus mezquitas
La creciente islamofobia apuesta por dejar de financiar a las comunidades musulmanas, lo que las deja paradójicamente en manos de financiación exterior, liderada por la teocracia saudí. Por contra, países como Argelia y Turquía defienden su relación con las diásporas y la financiación de mezquitas para conjurar una posible deriva yihadista europea.
Un islam balcánico y, por tanto, europeo
El 12,5% de la población de los Balcanes (8 millones) es musulmana. El islam se remonta al siglo XIV, con las conversiones por conveniencia en pleno dominio otomano (las actuales Albania y Bosnia), y con la emigración al Mar Negro y Egeo de población turcófona islamizada de Anatolia.
Holanda como eje de una islamofobia de nuevo cuño
Las recientes elecciones, en las que la islamofobia (incluida la turcofobia) ha sido el eje, revelan, más allá de los resultados concretos, el peso de una concepción que, desde una supuesta modernidad (derechos de los gays, libertad religiosa...), rechaza la integración de los musulmanes desde la muerte en atentado en 2002 del líder político Pim Fortuyn y, dos años más tarde, del polémico cineasta holandés Theo Van Gogh.

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