Nerea GOTI

HASTA EL FIN DE CURSO LUCHANDO POR OTRO COMEDOR ESCOLAR

La comunidad escolar de Urduña mira al Departamento de Salud, el único estamento que pone trabas a un proyecto de comedor que siguió su consejo y la normativa. Reclaman que las buenas palabras se transformen en hechos para no perder otro curso.

Alumnos, profesorado y familias de la escuela pública de Urduña despidieron este curso con una movilización ante las oficinas de Salud Pública en Laudio y lo hicieron con un lema poco habitual, la demanda de una «cocina municipal», un servicio ligado al consumo de alimentos de productores locales, que ya disfruta la residencia y que sigue pendiente del visto bueno de Salud, que permitiría comenzar a hacer uso de la misma a partir de setiembre. No es esta la primera movilización, una concurrida kalejira reivindicativo-festiva en marzo volvió a poner esta cuestión en primer plano y fue respondida con «buenas palabras» y declaraciones de voluntad, pero no ha llegado el Ok por escrito que zanjaría la cuestión y pondría en marcha el servicio de cara al próximo curso, de ahí que las familias vuelvan a recordar que necesitan esa autorización ya, para que el proyecto no se retrase un curso más.

La escuela y la residencia de mayores de Urduña ocupan edificios contiguos, separados por unos pocos metros, la cocina municipal abastece a la residencia desde marzo de 2015. Solo queda la escuela por incorporarse a un sistema muy valorado por las familias, que defienden que este sistema incrementa la calidad de los menús escolares y redunda en que el gasto que genera el servicio se queda en el municipio.

El proyecto no es nuevo, lleva una larga trayectoria de gestiones entre distintas instituciones en las que se ha guardado al máximo el cumplimiento de los requisitos legales que se han exigido, según comentan las familias, que aprecian también que en todo este tiempo se haya trabajado con total transparencia, informando de cada paso a las partes afectadas.

El proyecto comenzó a tomar forma en 2011 y en los últimos años ha sido una experiencia referente que ha despertado interés. Fue el propio Departamento de Salud quien en respuesta a las consultas planteadas por el Consistorio propuso que se adoptase la forma de cocina central, así que siguiendo la normativa vigente se elaboró un proyecto. Al tiempo, el Departamento de Educación dio el visto bueno para que la escuela de Urduña participase de un proyecto piloto con este nuevo sistema de comedor. Sin embargo, tras desarrollar el proyecto como se había exigido llegó la denegación de Salud con el argumento de que no se cumplía la normativa. El problema aludido es que la cocina es pequeña, «pero esto es algo subjetivo porque la normativa no dice cuántos metros cuadrados debe tener sino qué disposición, espacios... tiene que tener y todo eso se ha cumplido», explicaron a GARA dese la Ampa. «En este momento parece que hay voluntad de llevar adelante el proyecto por parte del Departamento de Salud, que propone algunas reformas para incrementar la superficie y a su vez el Ayuntamiento ha respondido con una propuesta para atender a esa petición, pero no tenemos más noticia», comentan las mismas fuentes, cansadas de que las gestiones queden sin respuesta, de modo que las soluciones no llegan.

Este pasado jueves la comunidad escolar mantuvo una reunión con el Departamento de Educación para trasladarle la situación en la que se encuentra el proyecto y su demanda: «no queremos que ningún otro grupo de alumnos y alumnas deje el centro sin haber visto que es posible otro modelo de comedor».