Que no te toque el TOC
El caso reciente de la polémica surgida con los carteles de la película “Fe de etarras”, totalmente ajena a su autor Borja Cobeaga, me viene al pelo para aclarar que en muchas ocasiones el problema no está en el contenido del producto en sí, sino en cómo es publicitado. La promoción se ha convertido en una máquina infernal que lo arrastra todo a su paso, sin dejar que vuelva a crecer la yerba allá por donde pasa o pisa.
No tengo ninguna noticia de que la obra teatral original de Laurent Baffie en la que se basa la película “Toc-Toc” haya tenido posibles denuncias por parte de las asociaciones de enfermos de TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo), y tampoco esta adaptación cinematográfica recién estrenada, puesto que ni les ha dado tiempo a verla.
En su día nadie se quejó, que yo sepa, al ver a Jack Nicholson haciendo de paciente con TOC en “Mejor imposible” (1997), y después le llovieron alabanzas a la serie televisiva “Monk” (2002-2009), porque nunca se mencionaba la enfermedad, aunque presentaba a un investigador que aprovechaba su obsesión por el detalle para resolver intrigas policiales.
Bien, pues ha sido en el programa televisivo de Antena 3 dirigido por Pablo Motos donde se han cubierto de gloria, al presentar esta producción de la casa para la pantalla grande y frivolizar con el TOC, identificándolo con simples manías o rarezas en el comportamiento.

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