Mikel Otegi fue trasladado este viernes a las prisión de Ocaña I. El traslado se produjo 48 horas después de ser ingresado en el Hospital Virgen de la Salud de Toledo, donde fue intervenido quirúrgicamente. Los médicos le colocaron un stent tras sufrir un infarto de grado medio.

Según informó Etxerat, tras recibir el alta en la sección de coronaria, Otegi fue derivado al área penitenciaria del hospital, donde debía permanecer dos o tres días en observación, tal como explicó el cardiólogo a los familiares, que no pudieron ver al preso porque las visitas en dicha área son los sábados, domingos y miércoles.

Así, los allegados decidieron regresar a casa, y fue en el camino de vuelta cuando les comunicaron por teléfono que el preso vasco se encontraba en la enfermería de la cárcel, algo que, a juicio de Etxerat, «solo se puede entender desde la absoluta falta de respeto hacia Otegi y su familia por parte de Instituciones Penitenciarias».

«Entendemos que es una nueva muestra de la política penitencia basada en la venganza y el odio», denunció la asociación de familiares y amigos de los presos vascos, que insistió en que «no es lógico ni asumible que Mikel Otegi haya sido enviado de nuevo a prisión, tan solo 48 horas después de sufrir un infarto».

Aratz Gomez

Por otro lado, decenas de personas recibieron ayer en Azkaine a Aratz Gomez, que salió el pasado 19 de octubre de la prisión de Mont de Marsan. Fue detenido en Irun en noviembre de 1998, cuando tenía 20 años. Ha pasado casi dos décadas preso.