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BASAURI

Sidenor Basauri cumple 50 años en plena crisis del sector

El de la metalurgia será siempre un capítulo destacado en la Historia de Euskal Herria. Pero si nos centramos solo en los últimos cincuenta años, la siderurgia ha perdido mucho peso dentro de nuestra industria. Entre cierre y cierre, un aniversario a destacar en Basauri.

Hace 50 años, bastaba echar un vistazo al paisaje industrial de Euskal Herria para darse cuenta de que la siderurgia todavía era el gran motor de nuestra economía: altos hornos a pleno rendimiento, astilleros, forjas... y un sinfín de talleres y servicios auxiliares empleaban a decenas de miles de personas. Y su impacto económico impulsaba a otros sectores, como el de las finanzas (cajas de ahorros y bancos).

En las últimas décadas el panorama ha cambiado mucho. Basta hacer memoria o, para los más jovenes, repasar las fototecas-videotecas, para percatarse de la transformación de la Vega de Ansio (Megapark, BEC...) o de los cambios en las tramas urbanas, en los polígonos industriales... Y los dos últimos años han sido especialmente negativos para la siderurgia, con el cierre definitivo de la acería de Zumarraga –y los problemas que arrastran otras plantas de Arcelor Mittal– o el preocupante vaivén de la ACB de Sestao como eventos más destacados.

En este contexto marcado por una crisis global del sector, Sidenor inauguró oficialmente ayer un nuevo tren de laminación y un nuevo horno en su planta de Basauri, para lo cual ha acometido una inversión de 40 millones de euros. Y espera destinar otros 45 millones a lo largo de 2018 en estas mismas instalaciones.

Sidenor Basauri celebró de esta forma su 50 aniversario, acto al que acudieron numerosos representantes institucionales. Hace medio siglo, la «ciudad del acero» ocupaba 800.000 metros cuadrados y comenzó su actividad con 90.000 toneladas de producción al año. Comenzó con 150 empleados y hoy en día trabajan en ella 900 personas. En la actualidad tiene capacidad de procesar y terminar hasta 300.000 toneladas anuales, mientras que la capacidad productiva de la acería es superior a las 900.000 toneladas al año.

“Echevarria” fue el primer nombre de la compañía, entonces sociedad anónima. En la década de los 80 se sumó a un grupo de empresas siderúrgicas para formar Acenor. Como recordó ayer la actual dirección, Sidenor volvió a constituirse como propiedad privada en 1995. La globalización empresarial tuvo su impacto en 2006, con la adquisición de las plantas de Sidenor por parte de la multinacional brasileña Gerdau, que una década después abandonó su compromiso con el grupo vasco.

La nueva etapa

Desde el año pasado, Sidenor es, según remarcaron ayer, «una empresa con capital vasco liderada por Jose Antonio Jainaga y un grupo de directivos», todos ellos vinculados desde hace tiempo a esta firma.

El Grupo Sidenor dispone de otros centros productivos en Euskal Herria y Cantabria, así como un taller de calibrado en Catalunya, con una capacidad total de producción de más de un millón de toneladas de acero especial al año. Y el centro de I+D también se ubica en las instalaciones de Basauri.