El Barcelona tiene la Liga en la mano. Ya se intuía y ahora parece confirmado después de que 2017 se despidiera con una jornada redonda para los culés, que miran a todos sus perseguidores desde la distancia.

El equipo de Ernesto Valverde fue el primero en cumplir su parte para que la 17ª jornada le resultara perfecta. No hubo pasillo para un Real Madrid que acaba el año con cinco títulos pero sabor amargo, y sí un resultado incontestable en el fondo (0-3) y en la forma.

Consciente de que el de ayer podía ser su último cartucho para pelear por la Liga, Zinedine Zidane experimentó con su alineación pero no fue suficiente para frenar a un rival inaccesible –desde su cacharrazo en la Supercopa, precisamente ante el Real Madrid, el Barcelona ha enlazado 24 encuentros sin conocer la derrota, 19 de ellos saldados con victoria–, que aguantó sin agobios las inofensivas acometidas locales en el primer tiempo y fue claramente superior en el segundo. Y, además, tuvo gol. Luis Suárez marcó rápido el primero y su rival se vino abajo. La puntilla llegaba a media hora del final, con una mano de Carvajal en el área que acababa con su expulsión y el penalti transformado por Messi. El Real Madrid trató de reaccionar entonces pero lo único que consiguió fue encajar el tercero, obra de Aleix Vidal, ya en el descuento. Eso y ampliar a 14 puntos –aunque con un partido menos– su desventaja respecto al líder, una distancia que nadie ha sido capaz de neutralizar en la historia del campeonato.

El suyo no fue el único descalabro. Fue la tónica, de hecho, en la parte alta de la clasificación. El sábado el Atlético ya había encajado su primera derrota de la temporada a manos de un sorprendente Espanyol (1-0), lo que le deja a nueve puntos del líder. Y, lejos de aprovecharlo para recuperar posiciones, el Valencia prolongó su caída en el derbi ante el Villarreal (0-1). Tras haber celebrado ocho victorias consecutivas, que parecieron convertirle en el único rival capaz de discutirle la Liga al Barcelona, el equipo de Marcelino sólo ha sumado cuatro puntos en las cinco últimas jornadas y pierde ya once con los catalanes. Esta vez hincó la rodilla de un Villarreal que refuerza su sexta plaza gracias al gol de Bacca.

Buena jornada para los vascos

Justo detrás del Villarreal, sólo tres puntos por debajo, se sitúa el Eibar que, tras su descorazonador arranque de temporada, acaba 2017 como el mejor equipo vasco y mucho más cerca de Europa que del descenso, sobre el que tiene un colchón de nueve puntos. Responsabilidad de una racha que le ha llevado a sumar 16 de los últimos 18 puntos.

Pero, por una vez, todo el fútbol vasco acaba la jornada con una sonrisa, de plena satisfacción en algún caso, de alivio en algún otro. La victoria ante el Sevilla permite a la Real recuperar la novena plaza, un punto por debajo del Eibar. También el Athletic, gracias a su triunfo frente al Betis, asciende un par de peldaños para despedir el año en la 12ª plaza, a la misma distancia ahora del descenso y de los puestos europeos.

Y qué decir del Alavés, que podrá comer las uvas fuera del descenso. Al impulso que le han dado las tres victorias que ha celebrado en las cuatro últimas jornadas se le unió ayer el derbi gallego, que cerró la jornada en Riazor y que se saldó con victoria del Celta (1-3). Un resultado que mete al Deportivo en descenso y deja a los albiazules, aun con los mismos puntos que el equipo gallego, momentáneamente a salvo.