A. L.

ELN y Gobierno buscarán pactar un nuevo cese al fuego en este ciclo

Las delegaciones del ELN y del Gobierno colombiano –con significativos cambios en sus delegados tras la renuncia del jefe negociador– arrancaron en Quito una nueva ronda de conversaciones, la quinta, con la mira puesta en pactar otro cese al fuego bilateral más concreto y «sin ambigüedades para las partes». El primero expiró ayer mismo.

El ELN y el Gobierno colombiano comenzaron ayer la quinta ronda de conversaciones. Esta nueva cita adquiere una relevancia especial por dos factores; el primero porque ayer finalizó el primer cese al fuego bilateral pactado entre las partes y que entró en vigor el 1 de octubre, y el segundo porque supone el estreno de Gustavo Bell como jefe negociador del Gobierno tras la renuncia de Juan Camilo Restrepo y la obligada renovación de la delegación gubernamental.

A Bell lo acompañan la politóloga Angelika Rettberg; los generales en retiro Carlos Rojas y Freddy Padilla; el economista José Noé Ríos; el médico siquiatra Alberto Fergusson y el abogado Alejandro Reyes.

En total han sido 101 días de cese que, según reconocen tanto la guerrilla como el Gobierno y las organizaciones encargadas de verificarlo, entre ellas la ONU y la Conferencia Episcopal, han llevado «cierto alivio humanitario» a las regiones más afectadas por el conflicto armado.

No obstante, la interpretación del acuerdo de este primer cese al fuego temporal y bilateral ha generado fuertes discrepancias entre las partes, lo que llevó al ELN a abandonar la instancia creada para verificar su cumplimiento. Entre sus principales críticas al Ejecutivo está la muerte el 5 de octubre de al menos seis campesinos en Tumaco durante una movilización en contra de la erradicación forzada de cultivos de uso ilícito. Para la guerrilla lo ocurrido es un claro ejemplo más de la «política de criminalización de la protesta» que aún mantiene el Gobierno. «A los problemas sociales no se les debe dar una salida militar o policial», remarcó ayer el jefe negociador del ELN, Pablo Beltrán, en una entrevista con Caracol Radio antes de dar comienzo al quinto ciclo de conversaciones. En la misma aseguró que tiene el mandato del Comando Central de la guerrilla de «evaluar en la mesa este primer cese y proyectar uno nuevo. Esas son las instrucciones que me han dado, esa es la misión». «Esperamos que el Gobierno venga a Quito con esa misma disposición», añadió. Para pactar un nuevo cese, pidió que sus términos no den lugar a «ambigüedades» evitando así que «las partes se enreden» entre sí.

Preguntado sobre si el ELN cesará los sabotajes contra oleoductos, sostuvo que para ello el Gobierno también debe revisar su política petrolera. «Se nos pide que cambiemos nuestra política de sabotajes; nosotros esperamos que haya ajustes en la política petrolera estatal», dijo.

Lectura crítica del Comando Central al proceso de La Habana

En el editorial de su revista semanal “Insurrección”, el Comando Central del ELN advierte de los incumplimientos del Gobierno con respecto a los acuerdos con las FARC y de su impacto en la mesa de Quito.

«Es evidente el incumplimiento abrumador por parte del régimen de los acuerdos firmados con las FARC. Entonces, ¿qué sincronía va a buscar la mesa de Quito con esos acuerdos? En momentos anteriores, las FARC y nosotros expresamos que íbamos a intentar desarrollar ‘dos mesas y un solo proceso’. Ahora, ante el desmorone de los acuerdos de La Habana, se demuestran los propósitos reales del modelo de solución política del régimen, por lo que hoy todos nos piden no repetir ese proceso fallido».

La dirección del ELN incide en que «el camino de la solución política queda aún incompleto. Si el régimen se atrinchera detrás de unas ‘líneas rojas’, se aleja aún más la posibilidad de lograr una paz con justicia social». Pese a ello, asegura que retoma las conversaciones «consciente de que el camino de la paz es tortuoso, pero que vale la pena recorrerlo».

Remarca que «los diálogos de paz deben contribuir desde ya a mejorar la situación humanitaria», y que este ciclo buscará «desarrollar la participación política de la sociedad por medio de un diálogo nacional que avance hacia un pacto de paz basado en los cambios básicos que exigen las mayorías».GARA