Gloria LATASA
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Ciclón bomba

En los inicios de la década de los 80 del siglo pasado, dos científicos meteoroló- gicos americanos (Frederick Sanders y John Gyakum) utilizaron por primera vez términos como «bomba meteorológica» o «ciclogénesis explosiva». Se trataba de bautizar el proceso que sufre una borrasca –o ciclón de latitudes medias– cuando la presión en la superficie de su parte central desciende, por lo menos, 24 milibares en 24 horas (un umbral que depende de la latitud).

El término «ciclogénesis explosiva» no es nuevo por estos pagos. Puestos a recordar su origen, cabría decir que está en el choque de dos masas de aire de muy diferente temperatura y humedad. Un encontronazo que da lugar a la aparición de una borrasca sobre el mar, en la zona de las Azores. Si en la parte alta de la troposfera existe también una borrasca –con su correspondiente aire frío– y las dos se sincronizan, ya está montada la fiesta. Ambas volarán a gran velocidad, empujadas por una gran corriente de aire frío (el chorro polar), con los resultados –más o menos complicados– ya conocidos.

Un fenómeno «similar» al que ha ocurrido recientemente en Canadá y en la Costa Este de los EEUU. En esta ocasión, el proceso de profundización de esta gran y profunda borrasca ha sido de más de 50 milibares en 24 horas, causando 19 muertos y graves daños en las costas, inundaciones, fuertes nevadas... Una fiera a la que la prensa ha colocado en grandes titulares con el impactante nombre de Ciclón Bomba.

Se da la circunstancia de que –en esta zona del continente americano– la profundización de una borrasca de este tipo tiene la costumbre de ir unida a posteriores entradas de aire extremadamente frío, de origen polar o ártico. Una gélida sorpresa, conocida como nor’easters, que enreda aún más una situación meteorológica previamente compleja.

Aún así, en opinión de algunos expertos, el uso y abuso de grandes titulares con nombres sensacionalistas –y su consiguiente revuelo– no ayuda especialmente a que se comprenda el fenómeno en sí, ni la forma en que conviene actuar y protegerse.