Joseba VIVANCO
Athletic

Un punto de impotencia

Leones y pericos firman justas tablas en un duelo nada brillante y en el que evidenciaron sus problemas con el gol. Iñaki Williams marcó de cabeza dos años después y permite seguir invictos por octava jornada.

ESPANYOL 1

ATHLETIC 1


El reconocido dramaturgo brasileño Nelson Rodrigues y uno de los más distinguidos cronistas balompédicos del país sostenía que el empate «suscita una sensación desesperante de impotencia» y que incluso un empate «es un resultado más depresivo que la propia derrota». Ayer se veían las caras los dos equipos con más igualadas de esta Liga y el encuentro acabó... en empate. Un equilibrio que es difícil que les satisfaga, sobre todo si llegas al choque tan concienciado de lo que supone llevarte los tres puntos y si bien ninguno de los dos mereció la victoria, es verdad que al menos en el Athletic se echó de menos algo más no de convicción pero sí de herramientas en ataque como para haber hecho algo más que el solitario gol de un Williams que dos años después volvió a marcar de cabeza. Lo positivo para los leones ayer, que enlazan hasta ocho partidos seguidos sin conocer la derrota, algo que no se lograba desde la inolvidable primera temporada de Marcelo Bielsa; lo negativo, que a este equipo rojiblanco le sigue costando un mundo dar con la red rival. Un escaso punto cosechado, una oportunidad perdida vistas las derrotas de rivales como el Sevilla o el Eibar, pero que coloca un peldaño más en esa senda hacia ya veremos dónde.

Los primeros veinte minutos de partido dejaron bien a las claras que los leones venían a Barcelona con los tres puntos entre ceja y ceja. Decididos en ataque, moviendo la pelota con fluidez de banda a banda, una primera llegada con centro de un imperial Rico, balones a la espalda de la defensa perica pero sin demasiado tino. El Athletic dominaba ante un Espanyol replegado que eso sí empezó a estirarse a partir de ese minuto veinte avisando hasta con tres acciones consecutivas ante Iago. Y es que al Athletic le sucedió lo que muchas veces esta campaña, que por momentos, por tramos domina pero no gestiona la pelota como para sacar provecho de ella. La prueba es que a la media hora de juego la posesión era del 64% y Aduriz no había dado señales de vida sobre el verde.

Acercamientos espanyolistas que acabaron con el gol del más entonado de los locales, Gerard Moreno, que aprovechó el prácticamente único lunar de un titánico Rico para adelantar a los suyos. Del francés N´kolo Kante decían, entronizado como uno de los líderes de aquel cuento de hadas que fue el Leicester campeón de la Premier, que mientras el 70% del planeta Tierra está cubierto por agua, el resto lo estaba por este incansable recuperador de balones. De Mikel Rico no se puede decir menos. Su mapa de calor ayer debió de ser al final de los 94 minutos como para exponer en una galería de arte. Zapateó lo incontable, se hartó de robar balones, de achicar al rival, un imán que lo mismo aparecía llegando a rematar al área contraria que ofreciéndose para sacar de un apuro a la defensa. Y fue precisamenete en una de esas ayudas, casi sobre la media hora, cuando Rico trató no de despachar el peligro de un balonazo sino sacarlo jugado del área, algo que en otro tiempo ni se lo hubiera pensado, pero que la confianza en uno mismo te da eso, confianza. Y esa seguridad se la jugó. Gerard Moreno le sisó la cartera y el perico ahí es infalible. Disparo que sorprendió a un Herrerín a contrapié y para adentro.

Lo mejor del Athletic en esa primera mitad no solo iba a ser la actitud en su arranque de partido, sino conseguir equilibrar el marcador con prontitud. No se puede decir que los leones reaccionaran con carácter como luego dirían en el postpartido, porque lo cierto es que con el 1-0 el Espanyol fue mejor y hasta tuvo el segundo en un córner al primer poste que se paseó por la meta bilbaina con aviesas intenciones. Y fue en ese instante, en el que el Athletic parecía tocado, cuando un Saborit que cuajó un buen encuentro se sacó un centro templado al área donde no Aduriz sino Williams remataba de cabeza a la escuadra. Su anterior y único gol con la testa en Primera se lo hizo al Getafe en enero de 2016. Ni él se lo creía vistos sus gestos tras marcar.

«Si este gol nos pasa hace cuatro meses no hubiéramos dado la vuelta al marcador, ahora estamos con otra chispa», vino a decir luego el capitán Susaeta, si bien el empate fue más consecuencia de una jugada puntual en la que la zaga perica dejó solo a Williams que rematara a placer, que por méritos rojiblancos. El Athletic se fue a descanso con ese empate balsámico teniendo en cuenta la negativa racha de que en los últimos 14 encuentros de la última temporada y media de Liga en que los leones empezaron perdiendo, acabaron el partido igual.

El Athletic necesitaba volver de vestuarios con la misma determinación que había salido al inicio del partido. Un nuevo testarazo de Williams que paró fácil Pau lo evidenció. Pero también el Espanyol quería hacer sus deberes y Gerard Moreno dio la réplica en un balón que ganó a un ayer menos contundente Nuñez, se giró y Iago salvó con una pierna. El partido se descontroló, el dominio sin fruto se repartía, ninguno era capaz de imponer cierta claridad en el área rival ni siquiera un poco de cordura en el resto del campo. Un tiro lejano pero amenazador de Moreno, un centro envenenado de Raúl García que sacó Pau, una medio chilena de Baptistao fuera... El fútbol de la primera mitad había perdido muchos quilates, con los periquitos tratando de sorprender en alguna rápida transición a la que están acostumbrados, y los leones tirando por la borda el elevadísimo 90,6% de precisión en los pases que habían firmado en la primera mitad.

Segunda parte insustancial

Cero fútbol que ante el incierto marcador dio paso a una sucesión de faltas que no venían a cuento, saldadas con varias cartulinas que fueron lo único reseñable en la última insustancial media hora de partido. No es que ninguno de los dos equipos no quisiera ganar, ni siquiera que se dedicara a salvaguardar el trabajado punto, sino que se mostraban incapaces de hilvanar o crear la más mínima jugada de peligro que desequilibrara el marcador. Kuko Ziganda tiró de un casi inédito Sabin Merino para suplir a un desaparecido Aduriz pero el de Urduliz tuvo una incidencia nula y la esperada por muchos reaparición del joven Córdoba se quedó en nada con apenas diez minutos por delante. Para reveladora la cara de Beñat, al que el equipo pedía a gritos mucho antes para poner un poco de criterio y control en la medular, y el cual pisó el césped con solo el descuento por delante. Minutos en los que Laporte gozó de un libre directo al borde del área y se equivocó al no chutar a romper en lugar de a colocar, y en los que tragamos saliva cuando el perico Darder enganchó con su pierna mala un pase atrás de, quién si no, Gerard Moreno, y se le fue fuera un segundo antes del pitido final. «El empate es justo, nos podemos ir contentos de aquí y a seguir con la racha», fue el escueto resumen que haría después Susaeta de un encuentro en el que los rojiblancos no pudieron negar que tenían puestas muchas esperanzas de sumar tres nuevos puntos que de verdad les dieran ese impulso definitivo hacia la parte noble de la tabla. Es verdad que reafirma al Athletic como un rival difícil de someter pero al que ahora le falta hilvanar algo de juego en ataque. Ese punto de impotencia.

«Sabíamos lo que significaba ganar hoy», dice Kuko resignado

«Veníamos con intención de ganar, sabíamos lo que suponía sumar tres puntos y se ha visto desde inicio, queríamos jugar en campo contrario, pero el Españyol también ha tenido sus momentos. Empate justo y no ha podido ser. Viendo el lado positivo seguimos sin perder y el equipo es más reconocible», fue el análisis que hizo Kuko Ziganda tras el empate y que le deja con la sensación de estar ante «una segunda vuelta con buenas expectativas». El navarro insistió en esa idea de que «veníamos muy concienciados, con tiempo para preparar los partidos, para concentrarte, y luego se nos puede dar o no, estar más acertados o no, pero el equipo da muestras de porqué llevamos una racha larga sin perder». Quiso resaltar que el Espanyol también venía de una buena dinámica, que a la contra es peligroso y que defiende muy bien. ¿Qué le faltó al Athletic? «Cuando teníamos el balón no hemos sido capaces de sacar ventaja de nuestra circulacion, porque también ellos se repliegan muy bien. No hemos sido superiores, es la verdad, ha sido un encuentro parejo. Pero creo que nos ha faltado mas conexión en la circulacion, de Itu con los delanteros, más juego por dentro, pero bueno, hemos tenido la suerte de reaccionar tras el gol de ellos». Ziganda volvió a reconocer que «sabíamos lo que significaba ganar hoy, dónde nos poníamos», pero insistió en dar por justo el marcador.J.V.