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temuco

El papa pide reconocer a los mapuches, pero les insta a «dejar la violencia»

El papa Francisco llegó ayer a territorio mapuche en medio de un clima de tensión por los últimos ataques con artefactos incendiarios contra helicópteros de empresas forestales, iglesias, una escuela y la Policía. En la misa al aire libre ofrecida en el aeropuerto de Maquehue, en Temuco, y que dedicó a las víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet, el pontífice argentino (Argentina también mantiene un conflicto con los mapuche) pidió el reconocimiento del pueblo mapuche, al que instó a «poner fin a la violencia».

«No se puede pedir reconocimiento aniquilando al otro, porque esto lo único que despierta es mayor violencia y división» y «más que impulsar los procesos de unidad y reconciliación, terminan amenazándolos», recordó el pontífice en esta conflictiva región del sur de Chile, con unas palabras que podrían haber estado dirigidas también a las autoridades que reprimen a los pueblos originarios, sometidos a discriminación y abusos y que piden la restitución de tierras ancestrales hoy mayoritariamente en manos privadas.

«La violencia llama a la violencia», dijo en la homilía en la que saludó «de manera especial» a los miembros del pueblo mapuche, el pueblo indígena más importante de Chile, así como a los demás pueblos originarios que viven en el país, como los rapanui, aymara, quechua y atacameños.

Horas antes de la llegada del papa a Ngulumapu se produjeron una serie de ataques contra la Policía, tres iglesias católicas y una evangélica. Además fueron destruidos tres helicópteros que utilizan las empresas forestales para apagar incendios, según autoridades. Estos ataques se sumaron a la destrucción de dos pequeñas iglesias la víspera.

En las iglesias atacadas aparecieron panfletos alusivos a la demanda mapuche que exige la restitución de tierras.

La machi Francisca Linconao, que se encuentra en prisión domiciliaria nocturna a la espera de un nuevo juicio por su supuesta participación en la muerte de un matrimonio suizo en 2013, intentó ver al papa para entregarle una carta en la que le pedía que interceda ante el Gobierno para revisar su situación procesal y le recordaba que «en Chile sólo a los mapuche se nos aplica la Ley Antiterrorista».

La «misa por la integración de los pueblos» realizada en el aeródromo de Maquehue, que sirvió de centro de detención y tortura durante la dictadura, fue dedicada por el papa, que utilizó el mapudungún (lengua mapuche) para iniciarla.

«Esta celebración la ofrecemos por todos los que sufrieron y murieron y por los que cada día llevan sobre sus espaldas el peso de tantas injusticias», dijo el pontífice, antes de pedir un momento de silencio por tanto «dolor y tanta injusticia».