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Turquía comienza el bombardeo contra el enclave kurdo de Afrin

La aviación y la artillería turcas comenzaron la operación militar contra Rojava, la zona autogobernada por los kurdos en Siria, con bombardeos que Ankara prevé continuar con una invasión terrestre. Las milicias kurdas denunciaron la connivencia de Rusia.

«La operación de Afrin comenzó de facto en el terreno», afirmó el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en un discurso televisado, confirmando así la anunciada ofensiva contra el enclave kurdo en el norte de Siria que Ankara ha denominado «Rama de Olivo». En los últimos días ya había enviado a cientos de soldados y decenas de vehículos militares a la zona fronteriza y había lanzado ataques esporádicos. Ayer los primeros ataques aéreos y de artillería sobre Afrin dejaron al menos seis civiles y tres combatientes kurdos muertos, además de otros trece civiles muertos. Columnas de humo se elevaban tras el paso de los cazas turcos F-16. El analista Rizan Hadu, vecino de Afrin, aseguró que los aviones tuvieron como blanco distintas zonas residenciales, por lo que «no hay sitio donde resguardarse».

El Estado Mayor turco informó de que los 72 aviones participantes en la operación habían bombardeado 108 posiciones de las milicias kurdas y aseguró que la operación continuará con una intervención terrestre.

La intención de Erdogan es extenderla al resto de territorios de Rojava (Kurdistán sirio). La operación «será seguida por Manbij», agregó en referencia al territorio más al este. Los kurdos, tras expulsar al Estado Islámico (ISIS), han asentado el autogobierno de su territorio bajo la fórmula del federalismo democrático. Turquía ya impidió la conexión de la región de Afrin con los cantones kurdos al invadir parte de Siria junto a grupos insurgentes. Ahora, trata de acabar también con el autogobierno kurdo, después de que EEUU anunciara la creación, junto a los kurdos, de una fuerza fronteriza de 30.000 hombres. El Ejército turco asegura que el objetivo de la operación «es neutralizar a los miembros de las organizaciones terroristas», entre las que incluyó a las YPG, al PKK y al ISIS, a pesar de que el grupo yihadista no está presente en esta zona.

«Todo lo que se compone de terroristas, llámese cómo se llame, es una organización terrorista. No son guardianes de frontera. ¿A quién queréis engañar? Esta organización se llama PKK», señaló Erdogan, que criticó las informaciones que recibe de Washington.

EEUU y Rusia

Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) lideradas por las YPG, han sido un aliado fundamental de EEUU en la lucha contra el ISIS. Pero la reacción estadounidense se limitó a pedir «a los turcos que no emprendan ninguna acción de ese tipo. No queremos que participen en la violencia, pero queremos que se mantengan enfocados en ISIS».

Moscú, que lidera la iniciativa en el conflicto sirio, decidió retirar las tropas que tenía desplegadas en Afrin poco antes del ataque turco. Fuentes kurdas no dudaron de la connivencia rusa y recordaron que Erdogan envió a Moscú previamente al jefe del Estado Mayor y al subsecretario de la Agencia de Inteligencia Nacional. «Sabemos que sin el permiso de las potencias globales y principalmente de Rusia, Turquía no habría podido atacar a los civiles usando el espacio aéreo de Afrin. Por tanto, consideramos a Rusia tan responsable como a Turquía y subrayamos que Rusia es el socio criminal de Turquía en la masacre de los civiles de la región», afirmaron las YPG. El Gobierno sirio condenó la operación y negó haber sido informado por Ankara.