Ane URKIRI ANSOLA
IRUÑEA
Entrevista
IDOIA LABAYEN GOñI
INVESTIGADORA DE LA UNIVERSIDAD PÚBLICA DE NAVARRA (UPNA)

«Soy partidaria de los impuestos en las comidas poco saludables»

Un estudio en el que acaba de participar Idoia Labayen Goñi concluye que tener una buena condición cardiorrespiratorio disminuye el riesgo cardiovascular en niños y niñas con obesidad. Ante los porcentajes de sobrepeso y obesidad que van en constante subida, la iruindarra es una de las responsables de un programa educativo familiar que ya fue practicado con 120 familias en Gasteiz.

«Hemos recopilado los datos de tres programas diferentes relacionados con la obesidad y enfermedades cardiovasculares, en las que participaron niños de entre 9 y 11 años». Idoia Labayen Goñi resume así el último estudio en el que participó. En él han verificado la importancia de una buena capacidad aeróbica, incluso teniendo obesidad, para así disminuir problemas del corazón y le preocupa que actualmente estén detectando problemas cardiovasculares en la sociedad infantil.

‘Fat but fit’, ¿no es un mito?

Es una realidad. Pero no quiere decir que no importa tener obesidad porque se sacan un poco de contexto las conclusiones. Hay personas que a pesar de estar obesas tienen un perfil metabólico saludable y con ello su riesgo disminuye, no desapareciendo por completo. Y es menor que aquellas otras personas que además de tener obesidad tienen una condición física mala. Sabemos que es un camino a la vida saludable.

¿Los obesos con buena capacidad aeróbica tienen menos riesgos cardiovasculares que quienes con un peso normal no realizan actividad física?

Dicha conclusión se ha estudiado entre los adultos, porque en la población infantil es más difícil tener datos. Entre los adultos se ha visto que los que tienen un peso normal pero con un nivel aeróbico bajo tienen más riesgo cardiovascular que los obesos con buena condición física. Y lo mismo con el riesgo de mortalidad porque una vida sedentaria aumenta el riesgo.

¿Y qué es ser obeso?

En el caso de los adultos consideramos que tienen sobrepeso cuando el Índice de masa corporal (BMI, dividiendo el peso con la altura en cuadrado) supera la cifra de los 25, cuando tiene más de 30 es obesidad. En el caso de los niños no es así porque están en constante desarrollo, y no está tan detallado. Lo medimos en percentil y para ello utilizamos las tablas de crecimiento. No tenemos una cifra exacta, porque tenemos que tener en cuenta cada género y cada edad.

¿Es más grave detectar problemas cardiovasculares de niños que en adultos?

Mucho más. Porque en la evolución de una enfermedad también hay que tener en cuenta el tiempo que convive con ello. Y vemos que el sobrepeso está ya a niveles preocupantes. En una investigación que hicimos en Gasteiz, con niños entre dos y cinco años, vimos que el 21% de ellos tenían sobrepeso. Es un dato increíble porque son niños pequeños. Si no se arreglan los hábitos, mantendrán durante mucho tiempo esa acumulación de grasa y eso hace que disminuya la esperanza de vida.

¿A qué se debe ese aumento?

Porque las costumbres alimentarias son cada vez peores y porque los niños se mueven menos. Es lo que pasa en esta sociedad. Por ejemplo, los juegos de la actualidad son muy sedentarios. Y el riesgo va en aumento, por eso estamos sobre todo preocupados con los niños.

¿Los centros escolares tienen su responsabilidad?

En los últimos años están disminuyendo las horas de Educación Física. Actualmente, solo son obligatorias dos sesiones a la semana, que suelen ser de 45 minutos. Incrementar las horas lectivas es una de las cosas que se pueden mejorar. Por otra parte, nuestras vidas han cambiado y también las de los niños. A la hora del recreo ahora vemos que no se mueven muchos chicos y chicas, porque están jugando delante de un ordenador o con un móvil. Y luego están los hábitos alimenticios, porque cada vez estamos comiendo peores comidas.

¿Se come peor por la falta de tiempo?

Y porque les gusta. Enciendes la televisión y nos bombardean con ello. Son muy atractivos, y además fortalecen los sabores con más sal y azúcar. Ser baratos también influye. Y, obviamente supone más tiempo comprar verduras, limpiarlas, cocinar y ofrecer, que darle una hamburguesa o unas salchichas. Y esas costumbres afectan directamente a los niños.

Camille Lassale, investigadora de la Escuela Pública de Salud de Londres, dijo que su conclusión es que no se puede estar sano siendo obeso.

Existe mucha controversia, pero la mayoría de los estudios concluyen que, obviamente la obesidad aumenta el riesgo, pero hay algunos obesos que se consideran metabólicamente sanos y la esperanza de vida de estos es mucho más larga. ¿Es mejor no tener obesidad? Claro que sí, porque desarrollan más problemas, como el dolor en las articulaciones y tampoco ayuda con la autoestima. Pero muchas veces es muy difícil perder peso. Por lo tanto, si incrementan la actividad física, pueden descender esos problemas cardiovasculares aun siendo obeso.

Entonces, ¿es más importante estar saludables metabólicamente o tener un peso ideal?

Una de ellas no hay que lograrla en un plazo corto porque no se puede. El peso que se ha ganado durante años no se puede reducir en un mes, y si se logra no suele ser saludable. ¿Hay que perder peso? Sí, pero de a poco. Y mientras, hay que cuidar nuestra salud cardiovascular.

¿Los que tienen menos peso de lo normal desarrollan más problemas cardiovasculares?

Se pone menos atención porque hay menos niños con peso insuficiente. El sobrepeso o la obesidad de la población infantil está alrededor del 30%, mientras que el del peso insuficiente no pasa del 2%.

De hecho, hubo unos años en los que se decía que con la crisis económica iba a incrementar el porcentaje de niños desnutridos y eso no es cierto. Lo que aumenta es la malnutrición, que incluye ambos lados de la balanza. Y lo que aumenta es el sobrepeso cuando tienes pocos recursos económicos y no puedes comprar comida más saludable y no puedes apuntar a tu hijo a actividades deportivas. Tenemos muchos más porcentajes de sobrepeso y obesidad entre los hijos de la población inmigrante, cuanto más bajo es el nivel socioeconómico. Y suele ser una población a la que se dedica menos atención, por lo que es un círculo vicioso.

¿Qué propone para hacer frente a la obesidad infantil?

Hay sectores que están muy concienciados como el sector sanitario y el educativo, pero si no involucramos a toda la sociedad no llegamos a buen puerto. Yo soy partidaria de ser más dura, tenemos que proteger la salud de nuestros hijos. Soy partidaria de los impuestos en las comidas poco saludables. Hay países que ya lo están instaurando y parece que es eficaz. Alguna dificultad tendremos que poner. Y desde luego, hay que educar más en la vida saludable. Hay que meter más horas a los hábitos saludables en el programa educativo.