GARA
SANTIAGO DE CHILE

Fallece Nicanor Parra, el «antisistema» de la poesía

Rompedor de los cánones tradicionales de la lírica con sus «artefactos» y su antipoesía, el poeta chileno Nicanor Parra falleció ayer en Santiago a los 103 años de edad. En su obra se unen el realismo y el surrealismo, con un deseo de provocación y de libertad.

El mayor de nueve hermanos artistas –entre ellos la folclorista Violeta Parra– , Nicanor nació en 1914 en San Fabián de Alico (Chile). Fue poeta y académico, además de matemático y físico, y sin duda uno de los grandes “antisistema” del universo lírico.

Creador de la llamada “antipoesía”, que revolucionó el lenguaje de los versos desafiando la tradición con el más crudo lenguaje cotidiano, en su obra se unen el realismo y el surrealismo, con un deseo de provocar y de libertad que le llevaron, por ejemplo, a no dar entrevistas por la concesión en 2011 del Premio Cervantes, porque para él toda pregunta era «una impertinencia».

Candidato eterno al Nobel, a lo largo de su vida recibió innumerables galardones, entre ellos el Premio Nacional español de Literatura (1969), el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo (1997).

Compaginó los versos con la enseñanza. En 1996 dejó sus clases de Mecánica Teórica, al cabo de una docencia de 51 años en la Universidad de Santiago de Chile. También fue profesor visitante de varias universidades estadounidenses, como las de Luisiana o Nueva York.

Apasionado defensor de la democracia, en 1988 participó en su país en el Frente Amplio de Intelectuales por el No, que se constituyó con motivo del plebiscito de reafirmación convocado por el general Augusto Pinochet para ese año.

Asombro y rechazo

Su primer texto poético data de 1937 (“Cancionero sin nombre”), fue en 1954 cuando llamó la atención con sus “Poemas y Antipoemas”, que causaron asombro o rechazo. «¿Aspira a ser el mejor poeta de Chile?», le preguntó Pablo Neruda tras la aparición de ese libro. «No, me conformo con ser el mejor poeta de Isla Negra», respondió Parra, en alusión al pueblo costero en el que vivía Neruda. En su obra figuran, además, títulos como “Versos de salón” (1962), “La camisa de fuerza” (1968), “Obra gruesa” (1969), “Antipoemas” (1972), “Artefactos” (1972), “Sermones y prédicas del Cristo de Elqui” (1977), “Poesía política” (1983), “Hojas de Parra” (1985), “Páginas en blanco” (2001), “Lear Rey & Mendigo” (2004), “Obras completas I & algo +” (2006) y “Discursos de sobremesa” (2006).

En 2009 dedicó a la muerte de Mario Benedetti el siguiente “artefacto” poético: «A lo más que se puede aspirar/Es a dejar dos o tres frases en órbita/Que yo sepa don Mario dejó al menos una:/La muerte y otras sorpresas// ¡Señor mío, la frasecita!».

Admirado por Bob Dylan, Allen Ginsberg y Roberto Bolaño, Parra fue un devoto de clásicos como Cervantes, Shakespeare y Dante.

El pueblo de Chile celebró su centenario, hace tres años, con varios días de festejos. Los últimos días de Nicanor Parra no fueron gratos, tras la denuncia de que varios de sus cuadernos con originales habían desaparecido de su casa de Santiago y se ofrecían en el mercado del arte. El peor trago fue el de saber que personas muy cercanas estuvieron implicadas.

Ha muerto Nicanor. No descansará en paz. Lo anticipó él mismo en 1985 (“Hojas de Parra”):

«claro - descansa en paz, y la humedad?

y el musgo?

y el peso de la lápida?

y los sepultureros borrachos?

y los ladrones de maceteros?

y las ratas que roen los ataúdes?

y los malditos gusanos que se cuelan por todas partes haciéndonos imposible la muerte o les parece a ustedes que nosotros no nos damos cuenta de nada».