Amaia U. LASAGABASTER
EIBAR

La lesión de Paulo Oliveira puede acelerar la búsqueda de un central

La alegría dura poco en casa del pobre. Lo reconocía José Luis Mendilibar el domingo al lamentar que, cuando parecía vaciarse por fin la enfermería con la vuelta de Juncà y Ramis y la recuperación cada vez más cercana de Yoel y Pedro León, volvía a incorporar inquilinos con la lesión de Sergi Enrich.

Bien, pues el domingo se le unió otro compañero. En el minuto 48 del encuentro frente al Málaga, Paulo Oliveira se echaba la mano al muslo y abandonaba el césped. El diagnóstico se conocía ya pasada la medianoche: rotura de fibras en la musculatura isquiotibial de la pierna izquierda. El período estimado de recuperación, entre tres y cuatro semanas.

Es decir, que durante aproximadamente un mes habrá déficit de centrales en el Eibar que, tras la cesión de Álex Gálvez al Las Palmas, solo tiene dos específicos en la primera plantilla, aunque a Anaitz Arbilla pueda considerársele también ya como uno más. Por acompañar al navarro les toca pugnar a Iván Ramis y David Lombán, que a día de hoy generan más incógnitas que certidumbres.

Es evidente que el balear cuenta con la plena confianza de Mendilibar, a la que ha correspondido con un gran rendimiento desde que llegara al Eibar en verano de 2015. Pero solo cuando se lo han permitido las lesiones. No en vano, tratándose de un hombre fijo en las alineaciones cuando ha estado en condiciones, solo ha participado en 51 de las 96 jornadas de Liga disputadas desde su fichaje. Este año su participación se limita a seis partidos (cinco como titular) y, desde su reaparición la semana pasada tras tres meses de baja, se le ve falto de ritmo.

Los números de Lombán son aún más pobres. Sin lesión de por medio en este caso, solo ha disputado 345 minutos repartidos en cinco partidos, el último hace ya más de dos meses.

Una situación que puede acelerar la búsqueda de un central en este mercado invernal, para el que el club tiene aún dinero disponible y una ficha libre.