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Indignación en Colombia por un atentado que mata a cinco policías

La indignación y el rechazo afloraron ayer entre los colombianos por el atentado con explosivos que dejó al menos cinco policías muertos y 42 heridos en Barranquilla, un ataque que reavivó el temor a la reapertura de una página para algunos ya cerrada.

«Los terroristas no pueden retroceder el reloj de la historia», afirmó en su cuenta de Twitter el procurador general de Colombia, Fernando Carrillo, quien pidió «investigaciones efectivas y castigo ejemplar para los que atacaron de manera infame» la comisaría en Barranquilla.

El atentado ocurrió pasadas las 06.30 hora local (11.30 GMT) cuando un explosivo fue detonado a distancia frente al patio de la comisaría del barrio de San José, donde decenas de agentes formaban para el cambio de turno.

Todo apunta, según el director de la Policía colombiana, general Jorge Nieto, a una respuesta del crimen organizado por los recientes golpes recibidos y ofreció una recompensa de 50 millones de pesos (unos 17.800 dólares) por información sobre los responsables.

También se investiga si el atentado está relacionado con un asalto frustrado ocurrido simultáneamente en una avenida cercana contra un vehículo de transporte de valores, con un vigilante muerto.

Es el primer atentado de gravedad en una zona urbana de Colombia en los últimos tiempos y llama la atención que haya sido perpetrado en Barranquilla, tradicionalmente libre de este tipo de ataques y donde no ocurría un hecho similar desde el 14 de abril de 2002, cuando las FARC detonaron una bomba al paso de una caravana del candidato presidencial Álvaro Uribe.