Escritura peligrosa
Mis novelas son las mentiras que he creado sobre mí para contar una verdad más profunda». Hace treinta años que Tom Spanbauer publicó su primera novela: “Lugares remotos”. Nacido en 1946 en Idaho en una familia de granjeros católicos de origen alemán, no vivió nada bien su homosexualidad: su padre intentaba sacársela a golpes para que su pecado no le arrojara a la condenación eterna. Su cuaderno le salvó: descubrió que sacar su dolor fuera a través de las palabras le consolaba, y conseguía a alguien a quien poder reconocer: él mismo. La costa oeste, Nueva York, Kenia –donde vivió varios años– fueron estaciones de su peripecia vital. En Portland creó un Taller de Escritura donde comparte los hallazgos de su búsqueda. Escritura Peligrosa, denomina a su método. Propone hurgar en las heridas; ir al lugar del dolor, del miedo, la vergüenza, la ira… y escuchar. Lo compara a la pintura de Bacon: pintar a partir de una fotografía, pero transformarla vertiendo esa imagen “sobre el sistema nervioso”. «La imagen resultante es violenta y extrema, pero produce la sensación de que es más fiel al espíritu del personaje». “El hombre que se enamoró de la luna” (1991) es la más celebrada de sus siete novelas: un inquietante western místico, con altas dosis de sexo duro y gore, poblada de tipas y tipos extremos, de fascinante poesía y una radical condena del hombre blanco y de los EEUU. «Y como no sabes qué es vivir sin una historia, te has vuelto un experto en historias y en el poder de las historias».
Moreno y Lisci, dos trayectorias de menos a más en Osasuna

«Elektronika zuzenean eskaintzeko aukera izango dugu orain»

«Gizarte aldaketa handi bat» eskatu du euskararen komunitateak

ASKE TOMA EL TESTIGO DEL HATORTXU EN ATARRABIA
