Como ya hizo a comienzos de enero, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ordenó que se suspendan las conversaciones de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) tras los tres atentados perpetrados durante el fin de semana contra objetivos de las fuerzas de seguridad.

Santos confirmó la anulación temporal del quinto ciclo de diálogo y advirtió de que no se reanudarán las conversaciones «hasta que no vea coherencia por parte del ELN entre sus palabras y sus acciones».

«El Gobierno ha sido generoso y ha mostrado su voluntad de paz, que no puede ser vulnerada por la coyuntura política lamentó Santos, que ha instado a las fuerzas armadas a actuar con la «máxima determinación».

Así, se remitió a la «doctrina» del ex primer ministro israelí Isaac Rabin: «Se combate el terrorismo con toda contundencia como si no hubiese negociación de paz y se negocia como si no hubiese terrorismo».

Por su parte, el ELN esgrimió el derecho a la rebelión y recordó que «no hay un día en el que no ocurra un atentado contra la dignidad y la vida de los habitantes (...) por parte de la Fuerza Pública, demostrando que su función es defender los intereses de los ricos y poderosos».