Miguel FER&bs;NÁNDEZ IBÁÑEZ
ANKARA

Pervin Buldan y Sezai Temelli toman las riendas del HDP

El Partido Democrático de los Pueblos (HDP) eligió el domingo a Pervin Buldan y Sezai Temelli como copresidentes. Este cambio era la única salida que le quedaba a la vía kurda de cara a las elecciones de 2019 después de que sus líderes, Selahattin Demirtas y Figen Yüksekdag, fueran encarcelados.

Desde las elecciones del 7 de junio de 2015, cuando el HDP consiguió un histórico apoyo del 13%, la vía política kurda se ha visto asfixiada por una persecución sin límites. Esta presión, que en cifras se resume con cientos de cargos políticos –entre ellos nueve diputados– y miles de simpatizantes arrestados, no ha dejado más opción que sustituir a sus carismáticos copresidentes, Selahattin Demirtas y Figen Yüksekdag, por Pervin Buldan y Sezai Temelli. Pero este cambio en la cúpula del partido prokurdo, que el domingo fue apoyado por los 800 delegados del congreso extraordinario y las 32.000 personas que abarrotaron el Ankara Spor Salonu, no altera el rumbo ideológico de un partido que apuesta por la democratización de Anatolia, lo que, asegura, solo será posible con la paz en Kurdistán.

«Cuando se terminó el proceso de diálogo, Turquía penetró en la oscuridad. Han hecho pagar un alto precio a nuestro pueblo y a nuestro partido. La solución no es la guerra, sino la paz. La solución no es entrar en Afrin, es ir a Imrali (donde está recluido Abdullah Öcalan)», afirmó Pervin Buldan. Por su parte, Sezai Temelli recordó el poder de la unidad: «El 7 de junio estuvimos juntos. El 16 de abril estuvimos juntos. Cuando nos juntamos, podemos terminar con la miseria, con la guerra».

Con este congreso se zanja un debate que comenzó cuando Demirtas, detenido el 4 de noviembre, aseguró que no seguiría al frente del HDP, cargo que ocupó durante ocho años. Pese a ello, 70 delegados pidieron su continuidad. Su pérdida será difícil de reemplazar, sobre todo por su cautivadora retórica, pero el tiempo lo devolverá al tablero político junto a emergentes figuras kurdas.

Ahora, sobre todo de cara a los comicios legislativos y presidenciales de 2019, el HDP tendrá que luchar contra una campaña de demonización social para mantener el 10,8% de apoyo obtenido en la reválida electoral de noviembre de 2015. Muchos dudan que el HDP pueda repetir el éxito de junio de 2015, cuando logró 80 escaños, quitándole al AKP la mayoría absoluta. En noviembre perdió 21 escaños.

Tándem kurdo-izquierdista

Con la elección de Buldan y Temelli, el HDP apuesta de nuevo por un tándem kurdo-izquierda turca, aunque esta vez la etiqueta kurda la lleva una mujer reconocida en Kurdistán.

Buldan integró la delegación que se reunió con Öcalan durante el último proceso de paz y en el Newroz de 2015 leyó el mensaje del histórico líder en el que pedía un congreso para poner fin a la lucha armada. Nacida en 1967 en Hakkari, en 1994 perdió tras dos días de secuestro y torturas a su esposo, un hombre de negocios, meses después de que la entonces primera ministra turca, Tansu Çiller, amenazara a 60 empresarios por supuestos vínculos con el PKK. En este ambiente, Buldan comenzó su carrera pública en organizaciones de familiares de desaparecidos. En 1999 dio el salto a la escena política y actualmente, como otros muchos de sus compañeros, tiene causas legales pendientes. La última, por sus palabras del domingo sobre Afrin, la abrió ayer la Fiscalía de Ankara.

Caso opuesto a Buldan es el de Temelli, representante de la izquierda turca pero desconocido en el ruedo político. Nacido en Estambul en 1963, se dedicó al ámbito académico en la Universidad de Estambul, de donde fue apartado por uno de los cuestionables decretos del Gobierno. En 2009, ingresó en el HDP, donde su formación le llevó dirigir el área económica. Su selección indica que los grupos de izquierda han vuelto a prevalecer sobre el ala islamista del HDP. Ayhan Bilgen, expresidente de la organización islamista Mazlumder, era una de las principales apuestas para suceder a Demirtas, pero no se presentó candidato. La elección de Temelli busca afianzar la presencia del HDP en el oeste de Anatolia.

«Estamos aquí por la paz, para que no nos encarcelen»

En el pabellón deportivo, al que no se pudo entrar con mecheros, mochilas o un «tesbih», el rosario musulmán, no había imágenes de Abdullah Öcalan, pero no faltaron consignas como «Biji Berxwedana Efrine» y «Biji Serok Apo». Fatma Yildiz, oriunda de Siirt, desprendía una felicidad impropia de la actual coyuntura. Es la forma en la que las kurdas miran a la tragedia que rodea sus vidas. «Estamos aquí por la paz, para que no nos encarcelen», decía mientras ondeaba una bandera del HDP. A su lado estaba Delal Özkan. Ella, como todos los allí presentes, reclamaba que Recep Tayyip Erdogan parase la guerra. «Por favor, solo pedimos que termine la guerra. ¿Qué hemos hecho para que encarcelen a nuestros líderes? No hemos hecho nada. Solo queremos paz». Tres filas más adelante, Alican, junto a sus amigos de la región de Mus, enseñaba la bandera del HDP y decía: «¿Es legal? Sí. Pues un día puede que no lo sea».

El mensaje del congreso siguió la línea esperada: paz y no guerra, resistencia contra la opresión, unidad para revertir la polarización. Estas ideas, se unieron a dos cartas que enviaron sus encarcelados líderes. En su misiva, Selahattin Demirtas recordó que el HDP es una realidad inamovible de la escena política de Turquía y apremió a apoyar de manera incondicional a los nuevos dirigentes. El júbilo estalló al aparecer su imagen en pantalla, como ocurre cada vez que publica una canción o escribe versos que se convierten en libros. Porque Demirtas siempre será un líder para los kurdos. «Nos han obligado a elegir uno nuevo. Si Demirtas estuviera libre, seguiría siendo nuestro líder. Es el mejor del mundo. Volverá», aventuraba Yildiz, reflejo de esa esperanza que el HDP, un partido con décadas de tradición política, mantendrá viva con Buldan, Temelli y esos simpatizantes anónimos que representan a la tercera fuerza en el Estado turco.GARA