GARA
JUEGOS DE INVIERNO

Oro de lo más inesperado

La checa Ledecka, especialista en snow, se hizo con el triunfo en supergigante, en lo que creía un error.

El podio no le es ajeno a la checa Ester Ledecka, sí la especialidad en la que se hizo con su último título: el supergigante. Especialista en snowboard, reconoció que al verse en la primera posición pensó «que se trataba de un error en el crono».

«Mi victoria es una enorme sorpresa», manifestó en rueda de prensa la doble campeona del mundo de snowboard, triunfadora en el eslalon paralelo de Lachtal (Austria) en 2015 y en el eslalon gigante de Sierra Nevada (Estado español) en 2017.

Esos dos éxitos de la rider de Praga no sorprendieron a nadie. Sí el logrado este sábado en el Centro Alpino de Jeongseon ante dos grandes campeonas de supergigante, la austríaca Anna Veith –oro en los Juegos de Sochi 2014– y la liechtensteiniana Tina Weirather –plata en el último Mundial–.

«Yo pensé que se trataba de un error en el crono y que después me ajustarían los segundos», bromeó en rueda de prensa. «Pero, finalmente, mi victoria fue de verdad», celebró.

Ester Ledecka explicó, asimismo, que tomó prestados «unos esquís que ya habían sido utilizados por otras chicas que utilizan la misma marca (Atomic)», ya que ella no tenía demasiado tiempo para elegir unos por ella misma.

«Como siempre hago, yo solo traté de bajar la montaña lo más rápido posible», indicó la nueva campeona olímpica de supergigante de esquí alpino, quien descartó tener «un talento especial», apuntó.

La insaciable Marit

Por su parte, Marit Bjoergen consiguió su séptima medalla de oro en unos Juegos Olímpicos de Invierno gracias a la victoria de Noruega en el relevo 4x5 kilómetros de esquí de fondo en PyeongChang (Corea del Sur). Junto a sus compatriotas Ingvild Flugstad Oestberg, Astrid Uhrenholdt Jacobsen y Ragnhild Haga, la legendaria Marit Bjoergen capturó su decimotercera presea en una cita olímpica, la tercera desde el pasado día 10, cuando compitió por primera vez en el centro de esquí de fondo de Alpensia.

La noruega, de 37 años, es la deportista más laureada en la historia de los Juegos Olímpicos de Invierno, con un total de trece metales. Comparte esta plusmarca con su compatriota Ole Einar Bjoerndalen, «el rey del biatlón».

Ese título corresponde en esquí de fondo a Marit Bjoergen, habitual en el podio de los Juegos Olímpicos. Se estrenó en Salt Lake City (Estados Unidos) en 2002, con una plata en el relevo 4x5 kilómetros.

Cuatro años más tarde, en Turín (Italia), la esquiadora noruega fue segunda en la prueba de 10 kilómetros en estilo clásico. En Vancouver 2010 brilló con tres oros (en sprint, en el skiatlón y en el relevo), una plata (en los 30 kilómetros en estilo clásico) y un bronce (en los 10 kilómetros en estilo libre).

En Sochi 2014 pisó en tres ocasiones el primer cajón del podio para recoger el oro en la prueba de 30 kilómetros en estilo libre, en skiatlón y en la persecución por equipos. En PyeongChang extendió su exitoso legado, con una plata en el skiatlón y un bronce en los 10 kilómetros en estilo libre.

El polaco Kamil Stoch refrendó su hegemonía mundial en los saltos de esquí al revalidar su título olímpico en gran trampolín, lo mismo que hizo la británica Lizzy Yarnold en skeleton, con su traje aerodinámico.