Se confirmaron los peores pronósticos después de ver cómo se le giraba la rodilla derecha en el pabellón del Saint-Raphael. Erik Balenziaga sufre una rotura del ligamento cruzado anterior de dicha articulación, lo que desgraciadamente hace que diga adiós a la temporada. Seguramente será a lo largo de la jornada de hoy cuando el central, junto a los responsables médicos de Anaitasuna, decida los pasos a seguir en lo que se refiere a la intervención quirúrgica y posterior recuperación.

Sin apenas tiempo para digerir la noticia, el zarauztarra confesaba a GARA que «la verdad, estoy bastante triste, pero ya con ganas de comenzar el periodo de recuperación». Será una experiencia nueva para el jugador, que nunca había sufrido ningún contratiempo físico de semejante calibre, «solo los típicos problemas musculares y de rotura de fibras».

Balenziaga recordaba cómo fue la jugada en la que se provocó la grave dolencia. «Pisé fuerte con la pierna derecha para realizar una cinta hacia la izquierda, pero fue como si la rodilla se me viniese abajo. A continuación, sentí un dolor inmenso y después solo pensaba en que no tuviese que pasar por el hospital, pero enseguida fui consciente de que tenía un carácter grave», asumía con resignación.

Para más inri, la lesión le llega en el momento más bonito de la temporada, con la disputa de la fase de grupos europea como principal escaparate. «Tenía mucha ilusión por jugar en las canchas del Saint-Raphael y el Füchse, pero no va a poder ser. Seguro que habrá otras oportunidades más adelante», reconocía en un tono más optimista.

Ahora está por ver si Anaitasuna, que agradeció públicamente la atención médica del Saint-Raphael, opta por hacer un esfuerzo económico incorporando un jugador nuevo para ese puesto, reubica a algún otro de la plantilla o se apoya en la cantera.