Tanto la Federación de Peñas de Osasuna como la plataforma Sadar Bizirik han emitido sendos comunicados en los que aportan sus diferentes versiones sobre la salida del primer organismo de la dinámica del segundo colectivo.

Al parecer, el principal punto conflictivo –no el único– que ha motivado este desenlace ha sido el reparto de entradas. Desde Sadar Bizirik se ha reconocido que se vienen llevando a cabo reuniones para tratar dicha cuestión, con la idea de «realizar una crítica del pasado y plantear un sistema que sea justo y equitativo con todos los socios, eliminando definitivamente inercias basadas en privilegios».

La Federación de Peñas de Osasuna, integrada en la asociación estatal Aficiones Unidas, tiene derecho a un máximo de 300 entradas para cada desplazamiento que realiza el equipo, gracias a un convenio que mantiene con la LFP. Desde la Federación, se matiza que los citados billetes «nunca se quitan de las entradas que se envían al club por parte de la LFP, ya que son independientes».

Replica, además, que durante su estancia en Sadar Bizirik también solicitó que se tratasen otros dos puntos, «uno de ellos que se enumere Graderío Sur, puesto que va en contra de la normativa de la LFP, pero esto no se ha querido negociar por la otra parte de la plataforma, teniendo desde el principio un no rotundo como respuesta». Los colectivos que forman Sadar Bizirik han mostrado su «más absoluto rechazo por la actuación y formas seguidas por la Federación de Peñas, que suponen apartarse de los principios de transparencia».