Maider IANTZI

MENTSAD, FORMACIÓN AL ALCANCE DE LAS CUIDADORAS DEL HOGAR

«Yo sabía hacer las cosas de una manera, pero hay que hacerlo de otra para que una no se enferme», expresa Felixa Ramos, una de las 40 cuidadoras del hogar que cursan el programa Mentsad. El proyecto de SSI es un apoyo para su formación y promoción.

Mentsad es una iniciativa liderada por el Grupo Servicios Sociales Integrados (SSI) en la que participan 40 cuidadoras del hogar de Bizkaia. La gerente de SSI, Karmele Acedo, explica a GARA que el programa ha sido diseñado para responder a las dificultades que tienen las mujeres que trabajan en cuidados domiciliarios particulares, especialmente inmigrantes y en calidad de internas, para cursar formación certificada que les posibilite acceder a otros trabajos y, en muchos casos, a otra economía.

Para trabajar en el ámbito sociosanitario es un requisito imprescindible disponer de un certificado de profesionalidad. Concretamente, para las labores del hogar, el certificado exigido es el de “Atención sociosanitaria a personas en el domicilio”. Las cuidadoras no lo tienen nada fácil para obtenerlo. Con respecto a la vía formal, carecen de tiempo para cursar la formación acreditable, y para la modalidad de teleformación muchas de ellas no disponen de suficientes competencias digitales. En la vía no formal, a partir de “Procedimientos de evaluación y acreditación de competencias profesionales a través de la experiencia laboral o de vías no formales de formación”, carecen de conocimientos profesionales y terminología adecuada para el cuidado que les permitan demostrar sin ayuda las competencias requeridas y, en consecuencia, superar los procedimientos.

El equipo de formadoras de SSI Training ha diseñado toda una metodología basada en la autoformación, a partir del diseño de una maleta pedagógica con diferentes recursos de aprendizaje y un sistema de ejercicios y evaluación semanal. Las participantes tienen la oportunidad de progresar en la adquisición de conocimientos de forma asequible y amigable y, a la vez, conocer el avance en su proceso de aprendizaje.

El curso se puso en marcha el 13 de enero y se alargará hasta junio. Se imparte en Bilbo y está dirigido a las mujeres de Bizkaia. Pero, según comenta Acedo, tienen intención de extenderlo, tanto en el tiempo como en el espacio. La valoración de las cuidadoras está siendo muy positiva. Continuamente están agradeciendo la oportunidad que se les ha dado. Les motiva aprender, profesionalizarse y tener nuevas posibilidades de empleo en empresas prestadoras de servicios de ayuda a domicilio con contratos que impliquen menos horas de trabajo (el 67% está en calidad de interna y la media de horas semanales de trabajo de las participantes es de 100) y mejores condiciones laborales (el contrato mayoritario que tienen es como empleadas del hogar, lo que supone que, por ejemplo, no tienen derecho a prestaciones por desempleo).

La experiencia de Felixa Ramos

Felixa Ramos, de Algorta, es una de las alumnas. Lleva trabajando en el cuidado trece años, desde que vino de Bolivia. Para ella Mentsad es un apoyo: «Hemos aprendido en el trabajo obligadamente, pero ahora nos están enseñando las cosas correctas que tenemos que hacer». Cuenta que al comienzo tuvo que hacer un esfuerzo mucho más grande y que ahora es más leve porque reparte mejor el tiempo: «Yo tenía un poquito de práctica, había hecho unos cursos, pero hay personas que no tienen nada de base. El estudio es bien fuerte para las que no tienen esa práctica».

Lo que valora de este curso es que está aprendiendo cosas que no sabía. «Tenía algunas bases, pero ahora estoy actualizándome. Yo sabía hacer las cosas de una manera, pero no es en esa manera, es en otra para que una no se vaya a enfermar, para cuidarse una misma». Ramos siempre anda buscando cursos. «Me gusta. Cuando me hablaron de este proyecto, dije que sí de primeras. Como trabajo de lunes a lunes, me ha costado mucho sacar tiempo para estudiar, pero ahora sí lo tengo. Diariamente, tengo 4-5 horas libres porque la señora que cuido va al centro de día». La mujer a la que cuida, de 79 años, es dependiente de segundo grado, tiene alzheimer. «Ahora la tengo más estable que cuando entré», comenta la trabajadora del hogar.

Ella se está formando porque quiere mejorar sus condiciones laborales y «hacer vida social». Está encantada con la experiencia. «El curso es muy bonito. Ofrece también un momento de desahogo. Después de la clase tenemos un ratito para estar todas».

Este proyecto del Grupo SSI pone el acento en las mujeres migradas como Felixa Ramos. Según indica Karmele Acedo, con la crisis económica el sector de las tareas domésticas se ha erigido en un nicho refugio para estas mujeres. «Este sector está copado por mujeres de origen latinoamericano, que muestran unas tasas de ocupación y una concentración muy altas en el sector; más de la mitad de las mujeres migradas de la CAV trabajan en el sector doméstico privado. Es precisamente esta economía privada la que está más alejada de la facilitación de procesos de aprendizaje y crecimiento profesional». Subraya que este «círculo vicioso» es muy difícil de romper, ya que sin formación no se puede acceder al trabajo en el servicio público de ayuda a domicilio u a otras opciones en el mercado regularizado.