Fede de los Ríos
JO PUNTUA

Cada vez más podrido

El jueves de la pasada semana el cuerpo de Xabier Rey llegaba a Iruñea desde Puerto III en Cádiz. A más de un millar de kilómetros y no de manera voluntaria. El elevado coste económico del traslado corre a cargo de su familia y no del Estado que allí lo llevó. Los que de manera voluntaria partieron a Rusia en la División Azul para ponerse a las órdenes de Hitler y ayudarle en el control y exterminio de la raza eslava, cayendo muertos en el desempeño de tan loable objetivo, no hace mucho fueron repatriados en avión a costa del erario, de dinero público vamos, no del de sus familias. La razón, al parecer, es que aquél era un terrorista vasco desafecto, mientras que, por el contrario, éstos los divisionarios, eran unos demócratas españoles al servicio del Bien.

Eso que se ha dado en llamar miseria humana se extiende como diarrea de chiquillo vegano por todas las Españas. Nunca hubo tal número de miserables dirigiendo nuestras vidas en cada una de sus facetas, nunca les fue tan fácil y nunca desde la caída del Antiguo Régimen de aristocracia y servidumbre habían demostrado tamaña desfachatez. Es bien sabido que seres crueles y mezquinos pueblan las páginas de nuestra historia; seres que, en su provecho, con la espada, con la cruz y las mayores de las veces con ambas al unísono, convirtieron en un infierno la vida de sus congéneres; pero nunca con la alegría que muestran, sabedores que sus despropósitos y desatinos no llevan aparejados precio alguno para sus personas. Así los que indultaron y ascendieron a torturadores y excarcelaron a criminales de uniforme, piden ahora la instauración de la cadena perpetua y lo hacen en la capilla ardiente de un niño o llevando a familiares de asesinados al Congreso.

Hace décadas que no asistíamos a semejantes bajezas morales. 36.000 multas en un año por la ley mordaza. No es de extrañar que se rían de las pensionistas. Lo pueden hacer. Se lo consentimos. Mientras unos y otras ayer se manifestaban contra el 0’25, 18.000 estaban en el Sadar viendo perder a Osasuna: oé, oé, oé.