Ane URKIRI ANSOLA
BALONMANO

Una reacción a tiempo para alcanzar las semifinales

Voltearon una desventaja de hasta ocho goles para jugar su 19ª semifinal de Copa desde hace 26 años.

BERA BERA 30

AULA ALIMENTOS 27

 

«Sí es difícil, no es imposible», exclamaba gran parte de la plantilla en las redes sociales horas antes del encuentro de los cuartos de final frente al Aula Valladolid. Si ya desde antes de comenzar el duelo era una eliminatoria complicada, las de Puche se encargaron de complicar aún más. A este equipo le va las emociones.

Lo que se preveía un encuentro de lo más igualado en seguida se balanceó a favor de las vallisoletanas. Bera Bera perdió 7 balones en 30 minutos, y a eso hay que sumar las 6 paradas de Guerra o algunos disparos que simplemente no encontraron puerta. Una estadística de lo más preocupante que al menos lo camuflaron con la mejoría de los últimos cinco minutos de la primera mitad.

Era algo fuera de lo común. Bera Bera solo había metido seis goles en 20 minutos, cuando el Aula Alimentos alcanzó los 10. La diferencia, en vez de disminuir, se fue aumentando hasta alcanzar una renta de ocho goles (7-15). Es decir, un parcial de 3-10 en quince minutos.

Pero todo en el deporte tiene un antes y un después. Y la remontada del Bera Bera comenzó, por una parte, con la bronca de Puche que se vio obligada a parar el tiempo en el minuto 26, y por otra, con la parada de Castellanos en un lanzamiento de 7 metros y con el primer gol del partido de Arderius, que no vio puerta hasta el minuto 28.

Gestionar la desventaja

El hecho de reducir la desventaja a cinco goles antes de llegar al descanso fue el primer paso para volver a la senda de la esperanza para los más pesimistas. Y el arranque vertiginoso de la segunda mitad, en la que consiguieron apabullar a un Aula Valladolid que veía muy cerca dar la campanada.

En cinco minutos consiguieron acercarse a dos goles, con un parcial de 4-1 y consiguieron volver a ponerse por delante en el minuto 42, prácticamente por primera vez en todo el partido. Una ventaja mínima pero valiosa a la vez, porque remar siempre a contracorriente no suele traer buenas consecuencias.

Y el Bera Bera, tirando de experiencia, supo gestionar la desventaja –y hay que ser experto para no rendirse con ocho goles de diferencia– y tomó la delantera en el momento más adecuado del partido. En el minuto 48, después del empate a 22, volvió a coger la delantera, una ventaja que no dejó escapar hasta el pitido final (30-27).

Castellanos, con 8 paradas en la segunda mitad (16 en total) volvió a ser una pieza fundamental –con ella empezó a revertir la situación–, escudada por una defensa en la que destacó Berasategi incluso marcando dos goles claves.

Guarieiro, con sus cinco goles, fue la principal arma en ataque dado su atrevimiento. Arderius se soltó en el tramo final, Ederra encontró más espacios por las prisas de las vallisoletanas y Esther Arrojería fue la MVP del partido en su reencuentro con una fase final de la Copa. El éxito está también en saber sufrir.

 

El anfitrión, el próximo rival a batir

El Bera Bera, que reaccionó a tiempo ante el Aula Alimentos de Valladolid, se verá las caras con el anfitrión, Rincón Fertilidad Málaga (16:30, Teledeporte), que derrotó sorprendentemente al Mecalia Atlético Guardés (26-24) –el vigente campeón de la liga– en el último partido de los cuartos. 

El que no reaccionó y por tanto, dijo adiós a la competición, fue el Rocasa Gran Canaria que se enfrentó al debutante Mavi Nuevas Tecnologías. El periplo europeo pasó factura al vigente campeón y serán las gijonesas quienes disputen las semifinales. Rocasa mandó en gran parte del partido, incluso llegó al descanso con la mínima ventaja (11-10) pero no aguantó en una segunda mitad y las asturianas aprovecharon la debilidad del rival (19-24).

Así pues, el Mavi buscará la final enfrentándose en su primera semifinal a un Porriño que no dio opciones a un ilusionado Canyamelar Valencia. Las gallegas fueron superiores y sellaron la victoria con cierta autoridad (22-32). A.U.A