Mikel CHAMIZO
TOLOSA

«Bastián y Bastiana», la primera ópera de Mozart llegará al Leidor de Tolosa

Arimaz Kamera Orkestra de Tolosa está embarcada en su proyecto más ambicioso hasta la fecha: llevar a la escena «Bastián y Bastiana», la primera ópera que Mozart compuso hace exactamente 250 años, cuando tenía solo doce años de edad. La representación, con escenografía y danza, se celebrará en el Teatro Leidor, el viernes 25 de mayo.    

Durante muchas décadas, Bilbo ha sido la ciudad operística por excelencia de Euskal Herria. La creación de la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera en 1953, junto con el declive del género en Donostia desde 1964 –año de la muerte de Ramón Usandizaga, quien dirigía la orquesta del conservatorio e impulsaba numerosas producciones de ópera y zarzuela–, hizo que el peso del teatro lírico recayera casi por completo en la capital vizcaina.

Una tendencia que, además, fue sancionada por los estamentos políticos: Ramón Labayen, primer consejero de cultura del Gobierno de Gasteiz entre 1980 y 1983, defendía que este es un país que se puede recorrer en hora y media desde Irun hasta Miranda de Ebro y que no merecía la pena duplicar instituciones musicales, y tomó una decisión salomónica: el teatro lírico se quedaría en Bilbo y la sede de la Orquesta Sinfónica de Euskadi iría a parar a Donostia.

De este modo, durante las siguientes tres décadas, y con la connivencia de la Diputación de Gipuzkoa –que dio por bueno este reparto y nunca ayudó a prosperar proyectos operísticos–, el teatro lírico se convirtió en una rara avis en Gipuzkoa y a los amantes de la ópera de esta provincia, salvo algún título que se programaba de forma esporádica, no les quedaba más remedio que viajar hasta Bilbo o esperar al único título que la Quincena Musical solía ofrecer cada verano.

Con el nuevo milenio, sin embargo, el movimiento lírico guipuzcoano comenzó a animarse un poco: en 1999 Josean García fundó Sasibil para impulsar la zarzuela en Donostia y llevan ya más de 350 representaciones, y en 2003 nació en Irun la Asociación Lírica Luis Mariano, que cada temporada propone tres o cuatro títulos.

El gran paso, sin embargo, se produjo en 2014, cuando la soprano Ainhoa Garmendia regresó de Leipzig y fundó la compañía Opus Lírica, que ha obrado el milagro de establecer, en apenas cuatro años, una temporada de ópera estable y con calidad en Donostia. Y, esta vez sí, con el apoyo de la Diputación y el Ayuntamiento donostiarra. 

 

Ópera en Tolosa

En las localidades más pequeñas es ciertamente difícil ver teatro lírico escenificado, al tratarse de espectáculos muy caros y con requerimientos técnicos que no suelen encontrarse en los teatros municipales. Pero uno de los proyectos más reseñables se llevó a cabo en Bergara, con la recuperación en 2015 de la primera ópera vasca de la que se tiene constancia, “Mozkorra parregarri” de Xabier María de Munibe, con tanto entusiasmo que hasta lograron representarla en Madrid. Ahora le ha llegado el turno a Tolosa, que se ha propuesto llevar a las tablas del teatro Leidor la primera ópera que compuso Mozart con 12 años: “Bastián y Bastiana”.  

Tolosa es un pueblo con afición a la música y en el pasado se han podido ver algunas representaciones, como “El caserío” de Guridi de manos del Orfeón de Tolosa o “La serva padrona” de Pergolesi en el festival Titirijai. La idea de representar “Bastián y Bastiana” surgió en el seno de Arimaz Kamera Orkestra, una agrupación que acoge a alumnos y exalumnos de cuerda de la Escuela de Música de Tolosa con la idea de completar su formación y, de paso, ofrecer algo de música sinfónica en la zona de Tolosaldea. Llevan ya diez años en activo, pero en 2014 les surgió la idea de probar con la ópera. Llevaron la propuesta al Topic, el Centro Internacional del Títere, que les puso en contacto con profesionales de la escena, pero el presupuesto se les disparaba y tuvieron que aparcar el proyecto.

Patxi San Sebastián, antiguo director de la Musika Eskola de Tolosa y violinista de la orquesta, explica que ahora han buscado una fórmula «a medio camino entre lo aficionado y lo profesional». Han reforzado la orquesta con músicos profesionales y para el elenco vocal han acudido a tres jóvenes promesas de la tierra: la soprano Arantza Etxabe, el tenor Aitor Garitano y el bajo Eneko San Sebastián. Xabier Ormazabal ejercerá como narrador, contarán con un pequeño coro e incluso habrá sitio para la danza, con una coreografía de Katixa Perea sobre un divertimento de Mozart con la que buscan, según San Sebastián, «dar mayor dinamismo al espectáculo». El maestro de ceremonias será el director Kepa Martínez de Albéniz.   

La trama de la ópera, una historia de amor y celos entre los pastores Bastián y Bastiana con algunos toques de magia, se ha actualizado al mundo actual cambiando notablemente la relación entre los personajes, que ahora serán madre e hija y discutirán por la adicción al móvil de esta última. Esto ha supuesto aplicar algunas modificaciones al libreto original: no a las arias, que se cantarán en el alemán original, sino en los recitativos y narraciones intermedios, que se harán en euskara. El vestuario y le escenografía y de Iñaki Goikoetxea reflejarán, por tanto, las modas y los hogares actuales.

La representación de “Bastián y Bastiana” tendrá lugar el 25 de mayo a las 20.30 horas en el teatro Leidor de Tolosa, pero los músicos llevan trabajando en la partitura desde Navidad. Ahora han comenzado los ensayos escénicos y, coincidiendo con esta recta final, desde Arimaz han puesto en marcha una campaña de crowdfunding en Verkami, para complementar la ayuda que les ha otorgado el Ayuntamiento de Tolosa. El objetivo económico no es muy ambicioso: 3500 euros de los que, a día de ayer, habían recaudado ya 1800. Entre las recompensas que ofrecen a los que apoyen la campaña, además de entradas a un precio especial, está el agradecimiento y mención en el programa de mano del espectáculo y carteles firmados por todos los protagonistas.    

A modo de curiosidad, durante la preparación del proyecto se ha localizado una traducción al euskara del libreto de la ópera, realizado por el académico de Euskaltzaindia Antonio María Labayen en torno a 1957 y que la orquesta pretende editar y repartir. Su hijo Ramón, que apostó por llevar la ópera a Bilbo, quizá se sentiría satisfecho de ver, en su propio pueblo, cómo la ópera se va abriendo camino también en Gipuzkoa.