Gloria LATASA
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Falsas lunas

En un reciente viaje de vuelta a Donostia por carretera de montaña apareció en el cielo, al salir de una curva y como por arte de magia, un precioso fenómeno óptico. Era una especie de «bola» de colores que brillaba a la derecha del sol, a su misma altura y algo lejos del mismo. Unos minutos después aparecía algo similar al otro lado. Se trataba de un parhelio (del griego para-helio, semejante al sol), también conocido como falsos soles o perros de sol.

Los falsos soles se forman gracias a los cristales de hielo que hay en las nubes tipo cirro y cirrostrato. Hexagonales y planos, son capaces de «flotar» en el aire –a la deriva– con sus caras más grandes en posición casi horizontal. Cuando los rayos de sol pasan a través de ellos, salen desviados. Todos los cristales de la nube hacen el mismo «trabajo» pero nosotros solo vemos los reflejos que envían la luz hacia nuestros ojos. Sus destellos colectivos dan lugar a la aparición del parhelio.

Podemos llegar a ver solo uno o los dos falsos soles; sus colores (rojo, siempre el más cercano al sol, porque es el menos desviado; amarillo; azul) pueden ser blanquecinos o intensos y brillantes; sus formas pueden ser más o menos redondas o alargadas... Todo ello gracias al tamaño de las nubes, a la posición de los cristales, a la altura a la que esté el sol o al lugar en que nos encontremos nosotros.

Los perros de sol pueden ser vistos en cualquier parte del mundo y en cualquier momento del año. Podrían llegar a confundirse con otros fenómenos ópticos como las iridiscencias o el arco iris. Sabemos que estamos viendo un auténtico parhelio cuando vemos el sol, sus reflejos se encuentran a uno o ambos lados, a la misma distancia del astro y a su misma altitud. Y, también, porque los falsos soles pueden estar situados sobre un anillo que rodea al astro, conocido como halo.

Curiosamente, aunque con menos brillo y color, la luna es capaz de generar un efecto similar. Una rareza denominada paraselene o falsas lunas que requiere una noche de luna llena en un entorno oscuro para poder ser observado.