Pablo CABEZA
BILBO
Entrevista
ROSER CRUELLS
CONTRABAJO Y VOCES DE ELS CATARRES

«Cada vez pensamos más si estamos copiando, si nos estamos repitiendo»

Mañana, Kafe Antzokia de Bilbo recibe la visita de dos de las bandas más populares de Catalunya: Els Catarres y Buhos. Dos grupos que venden miles de discos y son referentes. Buhos apuesta por el mestizaje, Els Catarres se mueve desde el pop y el rock más sutiles detalles folk. 22.00.

Buhos es un septeto de Calafell (Tarragona), formados en 2005 y ocho discos en su maleta. Presenta en Kafe Antzokia “La gran vida”, interpretado en catalán. Encajan dentro del mestizaje, espectro amplio, pero si se piensa en pachanga o algo similar, se hierra, ya que lo que aportan son buenas canciones arregladas con diferentes colores. El problema es la palabra mestizaje, quizá demasiado usada y cómoda para encajar a este tipo de proyectos con estilos variados y uso de vientos. “Volcans”, la canción que abre álbum lleva ya más de dos millones de escuchas digitales.

Els Catarres (Barcelona, 2011) es un núcleo de tres músicos, aunque se amplía a siete para dar forma a los diferentes arreglos que componen las canciones de “Tots els meus principis”, su reciente disco. Buenos músicos, capacidad compositiva y aunque su propuesta es transversal no entran directamente a mestizaje, aun utilizando vientos. Quizá porque sus antecedentes primigenios tuvieron bastante que ver con el folk de corte internacional. Un perfil que aún asoma entre sus animadas canciones y variados arreglos. Puede ser “Avui”, con piano, ritmo campero y una espléndida melodía y trance que va increscendo y cayendo por tramos logrando profundas sensaciones; “Humans”, una canción de diez, o “Prent el moment”, soberbia. Tres hermosas canciones y ambas de ritmo medio. Tres más.

Al igual que Buhos, Els Catarres son grandes vendedores, ya que ambas formaciones superan con facilidad en estos tiempos de agotamiento de lo físico las 10.000 copias, con picos de 20.000. Cifras de ensueño hasta para los grupos o solistas españoles de máxima popularidad obvia.

En el disco «Cançons» (2011) había un corte de aire folk muy atractivo, «Nou barris». Acústico, épico y muy pegadizo, un gran tema. Con similar planteamiento y en tono crepuscular sonaba “Instants de Complaença?, incluso la más animada «Toots menys tu», ¿de dónde provenían estas composiciones y sus influencias?

Eran canciones que íbamos componiendo por partes, en distintos momentos. Un disco bastante caótico. De aquí el nombre de “Cançons 2011”. En ningún momento nos planteamos ser un grupo de folk, era un grupo de pop acústico. Nunca tuvimos la vocación de ser un grupo de folk, aunque nos encanta y no renegamos de él.

¿Dos años después llega «Postals», aún quedan tenues esbozos folk, pero también está «Vull estar amb tu», de aire ska, que años después casi desaparece. ¿Es el álbum donde se perfila el cambio de estilo?

El ska, el reggae, todas estas músicas mestizas, en Barcelona y alrededores siempre se han escuchado y tocado mucho. Es la música que quizá más escuchas cuando eres joven. En Els Catarres nunca quisimos ser un grupo de mestizaje, pero sí que incorporamos todas nuestras influencias y esos estilos nos han sido muy familiares. Pero aunque tengamos referentes, nunca intentamos copiar nada y sí darle muchas vueltas a las composiciones para que suenen con un toque propio. Los tres venimos de mundos muy distintos y nos gustan cosas diferentes. Eric escucha mucha variedad de estilos, pero sus influencias quizá vengan más del punk-rock. Joan es más de canción de autor y yo del jazz. Esto provoca que los tres tengamos ideas bastante distintas de lo que nos gusta y en Els Catarres tenemos que confiar en llegar a un punto de encuentro que muchas veces es muy variopinto. Pero debemos conseguir que al final la mezcla de todo sea una buena definición del carácter de los tres. Ahora, las canciones antiguas las hemos revisado y pasado un poco por el filtro eléctrico actual de la banda sin que pierdan su esencia. De todas formas, no descartamos volver a un formato más acústico en un futuro.

En 2015 aparece «Big bang». Se opta por caminos más melódicos y pegadizos, inspiración compositiva. «En peu de guerra» simboliza que pueden materializar canciones pop con destino al éxito desde la dignidad. No obstante, queda aún una parte íntima, como «Som de foc».

En “Big bang” nos centramos a intentar componer un disco que plasmara toda la caña del directo, que fuera más dinámico, no tan intimo ni introspectivo. Sí que mantuvimos algunas canciones más íntimas como la que nombras, una historia de amor vivida por mí y que se acompaña de instrumentos un tanto curiosos, como un sitar y un flugel para crear una atmósfera casi de mantra. Una canción muy meditativa y de expansión a la vez.

En el reciente «Tots els meus principis» las canciones llevan más arreglos y más sólidos. Se percibe la producción. Se añade electrónica, sintes... ¿Es la gran evolución?

El hecho de que este disco esté más producido se debe a que tuvimos más tiempo para trabajarlo después de un año sabático. Estábamos muy acostumbrados a componer los discos en un mes y a grabarlos en otro, ya que durante los tres anteriores no parábamos entre gira y disco. Este, en cambio, estuvimos tres meses componiéndolo y dos en el estudio de grabación. Pudimos trabajar más detalles e investigar sonidos que nos despertaban curiosidad. Ya desde finales de la gira de ‘Big bang’, nos empezamos a plantear, a partir de un concierto que hicimos con instrumentos eléctricos, que sería un buen camino a explorar y después del año de reflexión las canciones nuevas nos sugerían, entre otras cosas, sintetizadores. Musicalmente, hemos adaptado las canciones antiguas al nuevo sonido de la banda. En lo personal, creemos que también hemos hecho una evolución muy grande durante estos años de tanto trabajo. Al final, componer un disco es como escribir un diario que hace balance de todo lo vivido durante un periodo. Me doy cuenta de que hemos pasado por muchas etapas personales que hemos canalizado a través de la música para poder entender un poquito más lo que nos pasaba internamente. Tener un canal de expresión y de conexión contigo mismo y a la vez con las personas que están compartiendo este proyecto es de las cosas más bonitas que hemos podido vivir los tres. Además, en este disco, nos hemos encontramos en un momento vital muy parecido y esto ha conllevado que vivamos todo lo que nos está pasado con mucha más intensidad y emoción. Ha sido precioso el proceso de composición, como también toda la energía de todo el equipo que salimos de gira.

Los vientos son otro apartado con peso en al armonización. Son un trío, pero también una gran banda.

Los vientos han sido muy importantes desde el disco “Postals”, y ya no entendemos, de momento, la banda sin ellos. Llenan las canciones de melodías, pero también son parte de la familia. Todo el equipo es imprescindible. Hemos priorizado mucho que la formación musical, la del escenario, vaya acompañada con un gran equipo humano también. Estamos superorgullosos de las 14 personas que siempre vamos juntos de gira porque son grandes profesionales, pero por encima de todo son grandes personas.

«Tots els meus principis» es un disco inmediato. No necesita reiteradas escuchas y, a la par, no cae en la tentación de repetir secuencias comunes.

Cuantos más discos vendemos, cuantos más conciertos hacemos, más vueltas le damos a las cosas, más reflexionamos sobre qué estamos haciendo y cómo queremos expresarnos. Cada vez pensamos más si estamos exponiendo la misma melodía, si estamos copiando, si nos estamos repitiendo. Queremos aportar siempre al proyecto.

Venden miles de discos y los singularizan.

Con el primer disco, pusimos a mano el titulo del disco y el nombre del grupo y lo numeramos en cada portada, en total hicimos unas 6.000 copias todas a mano. Con “Postals” numeramos los discos con un tampón y pusimos también el titulo, 14.000 copias. En Big bang” pintamos cada portada a mano con espráis de colores simulando el universo. Y ahora hemos realizado 10.000 fotos [tipo Polaroid], una distinta para cada disco. Nos ayudan nuestros amigos con unas cuantas cámaras. Tuvimos que pedir a Holanda un stock, pues en la península agotamos existencias. Cada disco es único. Es nuestro agradecimiento a la gente que hace el esfuerzo de comprar nuestra música en cd, ya casi un elemento romántico porque no quedan muchos reproductores.