Iñaki IRIONDO
GASTEIZ
REUNIÓN ENTRE PEDRO SÁNCHEZ E IñIGO URKULLU EN LA MONCLOA

El final ya estaba escrito y Madrid no admite la comisión sobre presos

Pese a que la buena relación entre los gobiernos de Madrid y Lakua es indudable, no todo en la reunión entre Pedro Sánchez e Iñigo Urkullu fue como nos contaron. Por un lado, los resultados de la cita estaban ya escritos. Por otro, Sánchez no reconoce que haya un grupo de trabajo sobre política penitenciaria, aunque sí que la quiera cambiar.

¿De qué hablaron Pedro Sánchez e Iñigo Urkullu el lunes en la Moncloa durante una hora y cuarenta y cinco minutos? Probablemente sobre las materias de las que ambos gobiernos informaron después, aunque no exactamente en los términos trasmitidos por sus respectivos gabinetes de prensa, ni tan solo sobre esos temas.

Lo que ha podido comprobar GARA es que la nota de prensa con la que Lehendakaritza informó a las 14.40 de cómo había sido el desarrollo de la reunión y de sus resultados tenía su redacción definitiva escrita a las 10.55, cuando la cita empezó una hora mas tarde, o sea a las 12.00, y acabó a las 13.45.

Esto evidencia que los resultados de la reunión estaban escritos con anterioridad. Es decir, ninguno de los acuerdos anunciados, como la constitución de equipos de trabajo, fue fruto del encuentro de los dos presidentes en la Moncloa, sino que habían sido ya cerrados con anterioridad por sus respectivos equipos.

Esta forma de proceder puede tener su explicación en términos administrativos, pero convendría que no se engañara a la ciudadanía sobre dónde, cuándo y quién toma determinadas decisiones.

Erkoreka: «Es obvio»

Tras el Consejo de Gobierno de ayer, su portavoz, Josu Erkoreka, preavisado de la pregunta sobre esta cuestión, respondió que «el encuentro en la cumbre, si se quiere que tenga resultados tangibles, tiene que venir necesariamente precedido de un trabajo previo consistente, serio y riguroso de los asuntos que vayan a ser abordados conjuntamente por los máximos representantes de una administración pública». A su entender, eso «es algo obvio que en ningún momento hemos negado».

Explicó que «todo el mundo sabía que yo estuve el viernes allá, hablando con la ministra de Política Territorial, y que abordamos muchas de las cuestiones que después abordaron el lehendakari y el presidente del Gobierno, intentando desbrozar las dificultades y allanar el camino. Y aparte del contacto que tuve yo –añadió– hubo también otros contactos y otras reuniones que fueron desbrozando los materiales y preparando el camino».

Pero cabría entender que una cosa es tener adelantados los trabajos, y otra que todo esté tan atado que la nota escrita antes de la cita –lo que nadie desmintió– no tenga ni siquiera que ser corregida por detalles de última hora de la reunión.

Hay quien puede sentirse engañada o engañado por toda esta representación, pero el portavoz, Josu Erkoreka, apuntó que todo esto «no significa, ni mucho menos, que la cumbre sea innecesaria». Explicó que «la cumbre siempre completa lo trabajado previamente, lo ratifica, y además permite un contacto directo entre los máximos responsables de las administraciones, que abordan, reflexionan conjuntamente y establecen los límites y condiciones de la relación que se quiere que a partir de ahora se quiere que exista entre unas administraciones públicas».

Y concluyó Josu Erkoreka que se trata de «una relación que, con arreglo a lo apalabrado ayer [por el lunes] por ambas partes, desea ser productiva, constructiva y estable. Esto es lo que lehendakari y presidente del Gobierno confirmaron definitivamente».

Erkoreka informó de que en el Consejo de Gobierno el lehendakari, Iñigo Urkullu, les había urgido a los consejeros implicados en las negociaciones sobre las transferencias pendientes a que agilizaran los trabajos necesarios para tenerlo todo preparado para negociar, aunque la estructura del Ejecutivo de Madrid no está todavía cerrada.

Grupo de trabajo sobre presos

En la rueda de prensa que ayer siguió al Consejo de Gobierno autonómico, el portavoz, Josu Erkoreka, anunció que él mismo, como consejero de Gobernanza Pública y Autogobierno, encabezará la delegación autonómica para hablar de las transferencia pendientes, mientras que el secretario general de Derechos Humanos, Convivencia y Cooperación, Jonan Fernández, será el encargado de liderar la delegación que hablará de la política penitenciaria.

El problema, en esta materia, reside en que el presidente del Gobierno español no reconoce que el lunes se creara un grupo de trabajo para hablar sobre la situación de los presos. De hecho, no aparecía tampoco en la nota de prensa de Lehendakaritza, aunque Iñigo Urkullu dio por hecha su constitución en la rueda de prensa posterior y fuentes oficiales de su entorno también la confirmaron.

En la comunicación de la Moncloa del lunes esta comisión no aparecía. Y el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, aclaró ayer desde Berlín que acordó con el lehendakari la constitución de dos grupos de trabajo: uno para «reducir» el número de recursos ante el Tribunal Constitucional por los conflictos entre el Gobierno de España y el de Lakua, y el otro, para «trabajar sobre las transferencias pendientes del Estatuto de Gernika».

Por otra parte, ante las protestas de algunas asociaciones de víctimas de ETA, fuentes de Interior, consultadas por Europa Press, aseguraron que desconocen aún cómo se articulará el anuncio de formar grupos de trabajo y se remiten a la idea esbozaba por el ministro Fernando Grande-Marlaska de que son los funcionarios de Instituciones Penitenciarias y las juntas de tratamiento de las diferentes prisiones las que deben evaluar si procede, de acuerdo a la ley, el acercamiento de un preso condenado por pertenencia a ETA.

Urkullu ya constató el lunes que no había un calendario sobre esta materia, aunque para los allegados de los presos es muy urgente.

 

Pedro Sánchez pide «luces largas» para «normalizar la convivencia»

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, compareció junto a la presidenta alemana, Angela Merkel, tras la reunión que mantuvieron ayer en Berlín, y respondió a preguntas sobre el cambio de política penitenciaria, pidiendo «luces largas» a los partido para «normalizar aún más la convivencia» en Euskal Herria.

Pedro Sánchez explicó que «ETA desapareció. La democracia derrotó a ETA y, en consecuencia, la política penitenciaria tiene que ser revisada. Tenemos que aproximarnos de otra manera a una realidad que es completamente distinta, y que ha cambiado hace un mes».

Por ello, «en consecuencia, lo que le pido al conjunto de fuerzas políticas es que éste no sea un elemento de división cuando la democracia derrotó a ETA». El presidente del Gobierno propuso que «pongamos las luces largas, que sepamos que tenemos que normalizar más aún la convivencia en el País Vasco». Anunció que es «en esa perspectiva» en la que va a actuar y trabajar el Gobierno.

Esta petición de «lealtad» a la oposición la repitieron otras dirigentes del PSOE, pero PP, UPN y Ciudadanos no parecen estar por la labor, y ya están hablando de «beneficios» cuando de momento solo se está planteando acercar a los presos.GARA