Agencia EFE
Girona

La «moda» de la leche cruda hace del consumidor el último garante

El decreto del Govern que autoriza la venta directa de leche cruda en Catalunya es, según ganaderos, directivos de la industria y autoridades sanitarias consultadas por Efe, una «moda» que convierte al ciudadano en el último eslabón de la cadena que garantiza la seguridad del producto.

Todos defienden la nueva línea de negocio que se abre de manera genérica, pero advierten de que difícilmente tendrá peso en el mercado lácteo frente al hábito de acudir a las grandes superficies. En consecuencia, la palabra «moda» se repite entre los diferentes agentes relacionados con el sector, que dudan de que vaya más allá de un interés pintoresco sobre el producto que se prolongue unos meses.

Entre los motivos, desde la ausencia de granjas que vendan la leche cruda en las grandes ciudades, con lo que circunscriben su venta al ámbito rural o a los fines de semana, hasta la necesidad de seguir un estricto protocolo para garantizar la higiene. Josep Casellas, responsable de una explotación lechera de la localidad gerundense de Foixà, avala el decreto, pero recuerda que, frente a la pronta caducidad de la leche cruda, «el cartón del supermercado dura un mes». Reconoce que la venta directa al consumidor puede acercar a un euro el precio del litro «frente a los 30 céntimos que paga la industria», pero advierte de que «es necesario que sea una cantidad suficiente para que valga la pena, y aquí está el problema».

Para este ganadero, si los clientes son «esporádicos» no se produce beneficio, y cifra entre quinientos y mil litros diarios los que deberían dispensar para poder dedicar una persona a ese trabajo específico. Para llegar a ese volumen, da por hecho que habría que disponer de una tienda en la misma granja y de una máquina envasadora para llevar también la leche a algún establecimiento próximo. «La máquina expendedora cuesta unos 30.000 euros», indica Casellas, para quien las medidas de higiene y sanitarias que se recomienda adoptar al consumidor son excesivas porque son las que se exigían «cuando el ganado no estaba saneado».

Medidas de higiene

En este punto difiere la subdirectora de Seguridad Alimentaria de la Generalitat, Carme Chacón Villanueva, quien insiste en que el cliente debe asumir «el último paso de la cadena» que garantiza que el producto es apto para el consumo. «Aunque el ciudadano pueda comprar leche cruda, no está pensada para ingerirla así; se debe higienizar», resalta Chacón, quien detalla que el envase debe estar «limpio y tener tapa», y que se debe refrigerar «rápidamente» si no se hierve de manera inmediata. Reclama al consumidor «el esfuerzo de conocer su nevera» y subraya que la leche debe conservarse a una temperatura inferior a 4 grados centígrados. Cifra en 30 segundos el tiempo de ebullición suficiente «para destruir posibles gérmenes» y, después, «se tiene que enfriar rápido, siempre tapada y mantenerla en la nevera como máximo 72 horas después de que la vaca ha sido ordeñada».

«Hay una demanda y hay que darle viabilidad, pero con seguridad», precisa esta especialista, quien recuerda que medidas de este tipo se deben aplicar también a verduras compradas directamente al productor.

La opinión de la industria, según el ingeniero agrónomo y jefe de compras de este producto del Grupo Cacaolat, Miquel Àngel Garrote, se divide entre el apoyo a una nueva línea de negocio para el ganadero y los inconvenientes sanitarios que puede generar. Considera que, en este último aspecto, se da «un paso atrás» que rompe una tendencia «que permite garantizar desde los años 90 que cualquier producto alimentario que se puede comprar está libre de patógenos».

«Ahora, la leche cruda no asegura que no nos hará daño, pero es una moda en favor de un mundo natural con mínimo proceso industrial que puede ser engañosa, porque la sociedad no está del todo informada», avisa.

 

Más de 35.000 toneladas/mes recogidas en Euskal herria

El último informe de declaraciones obligatorias del sector vacuno de leche, publicado por el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), indica que en el mes de junio la producción de Hego Euskal Herria superó las 35.000 toneladas, correspondiendo 20.959 a Nafarroa y 14.698 a la CAV. En Catalunya, el volumen recogido correspondió a 62.377 toneladas. El precio medio ponderado fue de 0,315 euros (redondeando, 32 céntimos) por litro en el caso de Nafarroa; de 0,336 en la CAV; y de 0,307 en Catalunya. Estos datos hacen referencia al precio en origen.

En el conjunto del Estado, en junio se contabilizaron 14.122 ganaderos que realizaron entregas de leche de vaca a 323 compradores, con Galicia como la comunidad autónoma con el mayor número de explotaciones (7.792), seguida por Asturias (1.817) y Cantabria (1.234).

El precio medio en el Estado fue de 0,313 euros/litro, un 0,96% más respecto al mismo mes del año anterior.GARA