Pablo CABEZA
BILBO
Entrevista
AITOR GANBOA
CANTANTE Y GUITARRISTA DE XXL

«Somos parte de una generación que está dejando paso a las nuevas»

Con el nacimiento de la década de los noventa, Mungia ofrecía el sonido de una de las primeras formaciones vascas aficionadas al skate y al jarkore melódico, XXL, nombre evidente ante las tallas de los skaters. Tras veinte años de pausa, el play les pone de nuevo en acción con un espléndido ep, «Borderline», que el trío presentará el 24 de agosto en Kafe Antzokia de Bilbo junto a sus colegas Lukiek.

La malo de “Boderline” es que solo contiene cinco canciones, lo bueno: que todas están rematadas con los mejores contrafuertes del jarkore melódico, estilo con el que XXL comenzaba en 1991 alrededor de la pista U de Mungia y que daba por concluida –no sin alguna rodilla machacada por el camino–, tras la edición de “Bingo” en 1998 y una serie de conciertos presentación que no llegaron a convencerles, en especial por las formas de “Bingo”.

Veinte años después el grupo regresa, aún con algún lipslide, flip o heelflip sobre la pista, con “Borderline”. Coloca las canciones en una ruleta, gira, dispara, y dará igual a quien le des: las cinco son piezas perfectas de jarkore melódico que abofetea su pasado; no obstante, con la actual sabiduría la mágica revisión de sus discos anteriores garantiza el hechizo.

El regreso y disco está generando tan buena acogida que XXL ya está en la próxima edición de Gasteiz Calling, el festival enfocado a bandas de jarkore melódico, satélites o planetas, con nivel. Y en fecha próxima, el 24 de este mes dentro de la programación de Kafe Antzokia para Aste Nagusia, donde se contará con la participación de Lukiek.

Detalle, por el 25 aniversario de la asociación mungiarra de Skate Male Skate Kluba, XXL actuaba puntualmente. Pero las miradas cómplices quedaron en un silencioso: «ya se verá».

Escuchado vuestro segundo disco, publicado un 14 de junio de 1999, nos hallamos frente al presente con un cedé que tiene un sonido flojo y que está peor tocado y cantado que «Borderline». ¿Qué ha ocurrido en estos 20 años para que lejos de olvidar tocar y cantar, hayan mejorado tanto?

¡Jajaja! Quizá se unieron varios factores. Por una parte, cuando se grabó el disco de "Bingo" todo fue muy rápido, la composición, la grabación, las letras... No, no fue nuestro mejor momento y esa circunstancia quedó reflejado; diría que es el disco que menos representa a la banda. Por otra parte, son 20 años los que han pasado desde la última grabación hasta “Borderline” y supongo que hemos madurado, nos hemos adaptado a las nuevas tecnologías y eso nos ha facilitado componer y hacer florituras en las canciones, siendo más conscientes de hasta dónde podemos llegar para que los temas suenen bien.

Podía verse una influencia del jarkore melódico, onda Bad Religion, pero sonaba, creo, más punk y a la par más power pop. «Borderline» está mejor definido desde todos los ángulos. Incluso tenían un inicio un poco ska en «El baile», mezclado con Elvis Presley.

Si, el disco de "Bingo" tiene una batería muy acelerada con una voz más popera, de ahí la sensación que comentas. Elvis fue más que un ídolo, llegó a ser una deidad que nos creó cierta simpatía y quisimos mencionarlo en clave de humor. Con “Borderline” teníamos bien claro lo que queríamos hacer, volver a nuestras raíces, a la adrenalina enérgica, pero respetando los sonidos de hoy día. Puede que la madurez o el haber estado 20 años con las ideas en letargo haya tenido la culpa de que todo florezca.

Quizá no vayan tan rápidos como en «Bingo» (salvo la devastadora «Skate or die»), pero con la edad igual se valoran otras cuestiones o se sabe mezclar con mayor criterio el conocimiento.

¡Exacto! Muy bien explicado, lo haces inconscientemente, dejándote llevar por la intuición en la que los conocimientos captan lo mejor para cada canción. Es por eso por lo que en algunas canciones la velocidad no es como en los demás discos que tenemos editados, pero sí la que más potencia les da.

«Borderline» suena muy bien y con pegada, y, sin embargo, no transciende dónde se ha grabado ni en qué estudios se ha masterizado, quizá por ser una cuestión de entorno amigo, pero muy eficaz, en todo caso. ¿Alguien tiene un mérito oculto?

En cuanto a la grabación el mérito oculto es de Mario Martín, un amigo de toda la vida que tenía su casa habilitada en forma de estudio y lo que empezó siendo una prueba de grabación terminó siendo de lo más profesional que hemos hecho jamás. Mario estuvo a la altura, supo llevar las riendas de la grabación dejándonos total libertad en la repetición de tomas o beber cervezas, haciendo que todo sonase como un tiro tras muchas horas de trabajo. Así que, de paso, hemos ido adornando cada detalle que podíamos en el estudió junto a Mario [como los impecables coros].

Escuchaban a bandas como Bad Religion, NOFX, Lagwagon, Pennywise, Not Fun At All, Descendents... pero algo habrá también ahora de Green Day, se percibe, junto con algún nombre menos evidente, com Snuff, que giraron en numerosas ocasiones por Euskal Herria.

Hoy día, con las nuevas tecnologías y sus diversas posibilidades, no acaba de haber desconexión. Seguimos a los grupos con menos efusividad que antes o a un ritmo más tranquilo. Las influencias son las que nos marcaron entonces como los grupos que mencionas. Si suena a Green Day es porque en su día escuchábamos el “Kerplunk” o el “Dookie” con cierta intensidad, pero hoy en día no hay un grupo que nos influencie directamente. También escuchábamos bandas como Big Drill Car, Pegboy, All, Wipe Out Skaters, Gorilla Biscuits o los mencionados Snuff.

¿Cómo empezó en 1991 XXL al margen de la afinidad con la U del skate?

Después de sudar la camiseta manteniendo el equilibrio sobre la tabla, necesitábamos llenar los huecos de los viernes y sábados noche para seguir soltando adrenalina: y de ahí la idea. Les comenté a Joni y a Ibon el asunto de crear una banda, ya que era con los que más afinidad musical tenía en ese momento. La respuesta fue inmediata, sí. Cada uno se asignó un puesto según le apetecía y sin saber lo que era un instrumento, comenzamos versionando lo que podíamos. Y así fue, a lo loco.

Son de Mungia, parece que ahora es un pueblo con mayor escena y diversa que en el primer periodo de XXL. ¿Cómo lo ven? ¿Conectan bien con la onda actual o con parte de ella?

Mungia es un pueblo de tribus como otro cualquiera y nosotros permanecíamos en nuestro hábitat, pero sí que es verdad que cuando vestíamos con la ropa cuatro tallas más grande – de ahí el nombre de la banda– nos veían como a unos extraños... Pasado un tiempo, cuando nuestra demo vio la luz, muchos que nos tenían como algo singular nos apoyaron gratamente y los prejuicios de unos y otros fueron desapareciendo. Hoy día al estar todo más globalizado, quizá estas cosas pasen más desapercibidas.

Visten una camiseta de Póg Mo Thón, una banda de Mungia posterior a ustedes y en onda nu metal que recordamos con sumo agrado. Primer lustro de la década de 2000. ¿Reivindicando el pasado por algo especial que no tenga el presente? Por cierto, hace años nos carteábamos con uno de sus componentes que andaba por China, Beñat Fuentes, incluso donde llegó a grabar un par de discos muy diferentes a PMT. ¿Regresó a Mungia?

¡Jajaja! Más que una reivindicación diría que somos parte de una generación que estamos dejando paso a las nuevas. Siempre hemos tenido buena relación con PMT, son buenos amigos y Beñat, en particular, de la familia. Tengo los discos que grabó estando en China y “Te-Uhinak” me parece realmente especial. Efectivamente, ha vuelto a Mungia y quién sabe, ahora que están cerca sería un puntazo que los PMT volvieran a reunirse.

Otra camiseta publicita un magazine sobre el skate. ¿Todavía le dan o es una querencia que va con la banda?

Podríamos decir que es nostalgia, en los noventa comprábamos la revista y es una marca que ha sabido evolucionar y mantener sus principios, eso nos gusta.

Un tatuaje dice «4 life style». ¿Sigue vigente??

Fue un proyecto HC de Ibon (batería) que terminó siendo un proyecto de jazz. ¡Necesitaríamos una doble página para explicar esto. [Varios miembros de XXL, tras la disolución, han pasado por bandas diversas].

En el repertorio no faltarán estas cinco canciones, pero habrá que echar mano de los dos discos anteriores, igual hasta de la casete, así que habrá habido un severo trabajo de reactualización de los originales.

Será un viaje positivamente nostálgico. Rescataremos el setlist de los noventa e introduciremos las nuevas canciones con un par de versiones. Todo sin mucho retoque, queremos que sea 100% XXL.

La muestra vital será el 24 de agosto en Kafe Antzokia compitiendo con Lukiek, que están dando guerra. ¿Se los van a merendar?

¡Jajaja! Con que nos den de cenar nos vale, pero si hay que competir que sea bebiendo cervezas, que fijo que les fundimos.