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Un centenar de personas protagoniza con éxito un nuevo salto de la valla en Ceuta

Un grupo de 116 inmigrantes y refugiados entró ayer en Ceuta tras saltar con éxito la valla de seis metros de altura con concertinas instalada en la frontera con Marruecos. Cerca de 300 intentaron cruzar la línea de separación alrededor de las 9.00, pero más de la mitad fueron detenidos por la Policía marroquí. Con el salto de ayer son ya 1.400 las personas que han entrado en Europa por ese lugar.

Las imágenes difundidas por el diario local “El Faro de Ceuta” mostraban a jóvenes inmigrantes muy contentos tras haber logrado escalar y saltar la doble la valla, algunos agitando una bandera española o europea.

Muchos presentaban lesiones en piernas y manos, y la ropa rasgada o ensangrentada. Cinco tuvieron que ser hospitalizados. «Buena suerte a todos los amigos que quedaron atrás», en Marruecos, gritaba uno de ellos en francés.

La Guardia Civil denunció la «agresividad» empleada por los migrantes en su asalto masivo, que, según el instituto militar, dejó siete agentes heridos, y exigió que se refuerce la protección de los guardias que trabajan en ese perímetro fronterizo, una petición que ya realizó tras al salto de la valla por parte de 600 personas el 26 de julio.

Ceuta es, junto con Melilla, la única frontera terrestre de la Unión Europea con África. Desde principios de año, unos 3.100 migrantes han entrado a Ceuta y Melilla, según la OIM.

Hasta el 15 de agosto, Sin contabilizar este último asalto, se habían registrado 1.281 entradas por la frontera de Ceuta, un 21% menos que en el mismo periodo de 2017. Con la entrada de ayer las cifras siguen siendo inferiores a las del año anterior.

Autorización de Salvini

En medio del enésimo choque entre Italia y Malta por su negativa a permitir el desembarco de inmigrantes en sus puertos, el ministro italiano de Interior, Matteo Salvini, autorizó ayer que los 29 menores a bordo del barco militar Diciotti, atracado en Catania con 117 inmigrantes rescatados, bajaran a tierra. La autorización llegó tras las críticas de organizaciones e instituciones italianas al Gobierno.