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Athletic

La plantilla afronta 18 días inesperados sin competir

El Athletic estará 18 días sin competir tras el aplazamiento del partido que debía disputar el sábado frente al Rayo Vallecano debido a la resolución de la Comunidad de Madrid –propietaria del recinto– de no celebrar ningún evento deportivo en el campo de Vallecas por problemas de seguridad para los aficionados. En este sentido, el presidente autonómico, Ángel Garrido, aventuró que «hay margen» para que las obras estén terminadas para el partido entre el Rayo y el Alavés previsto para el 22 de septiembre.

Tras la suspensión del partido contra el Athletic –la LFP no ha propuesto todavía a los clubes una fecha alternativa, ni se han reunido para resolver el contratiempo–, el equipo rojiblanco, que cerró la segunda jornada el lunes frente al Huesca, no volverá a jugar un partido oficial hasta el 15 de septiembre, fecha en la que visitará Bilbo el Real Madrid en un inicio de temporada atípico para los entrenador por Eduardo Berizzo, que habrán disputado sus tres primeros encuentros de Liga como locales, justo al contrario de lo que le ha ocurrido a la Real que, por las obras de remodelación de Anoeta, jugará los tres fuera como equipo visitante.

Para la próxima semana y después del entrenamiento de recuperación desarrollado ayer en Lezama, el técnico argentino ha programado tres sesiones –jueves y viernes a puerta cerrada y el sábado con público, todas a las 10.00 horas– y dos jornadas de descanso, las del miércoles y el domingo.

La próxima semana, de parón liguero general para todos los equipos por los compromisos de las selecciones, la comenzará el Athletic con un entrenamiento el lunes también a partir de las 10.00 horas de la mañana.

A la búsqueda de un amistoso

A partir de ese lunes, día 3, el club todavía no ha hecho público el calendario de trabajo de la plantilla, que está condicionado también por la petición de Berizzo de un rival potente contra el que jugar un partido amistoso en esas fechas que le sirva para testar el estado de la plantilla y mantener la tensión.

El entrenador argentino teme que la próxima visita de uno de los dos equipos más potentes de la Liga pille a los suyos demasiado relajados por falta de competición. Tras el pinchazo del lunes ante el Huesca, el campo de Vallecas se presentaba como una buena oportunidad para reconducir un inicio de temporada que arrancó con la victoria en casa ante el Leganés.

El problema ahora es que la visita del Madrid se plantea como un escollo bastante complicado para un equipo en construcción, sobre todo en la sala de máquinas del centro de campo. La única lectura positiva que se puede extraer del aplazamiento es que para el primer compromiso puede que ya esté recuperado Aritz Aduriz.