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Nabrawind monta en Eslaba uno de los modelos más altos de torre eólica

La compañía de ingeniería Nabrawind comenzará próximamente a probar en Eslaba un nuevo modelo de torre eólica, compatible con cualquier tipo de turbina. Su novedosa estructura permite el autoizado, por lo que facilita su instalación en zonas montañosas o islas.

La empresa Nabrawind Technologies tenía previsto culminar ayer el autoizado del prototipo de torre eólica “Nabralift”, que, con más de 160 metros, será el tercer modelo comercial más alto del mundo. La instalación se está llevando a cabo en el término municipal de Eslaba (Merindad de Zangoza) y una de sus principales características es que su izado se realiza sin grúas. La compañía remarcó también que «su novedosa estructura permite reducir drásticamente el coste completo de las torres de gran altura».

La base de la torre tiene forma de celosía –es un diseño patentado por Nabrawind– y su propia estructura se aprovecha para ir montando todas las piezas. En el montaje participa también Global Energy Services (GES). «El objetivo del proyecto es validar un innovador diseño que permitirá abaratar el montaje de las torres de aerogeneradores mediante un sistema modular que rebaja los altos costes que suponen las grandes grúas en la instalación de las turbinas eólicas», tal como se recoge en energías-renovables.com, un medio digital especializado.

Concretamente, la torre está dividida en dos segmentos: una estructura recta de tres columnas, de 86 metros, y una torre convencional, de 71 metros, colocada encima de la estructura anterior. GES ya participó en las primeras pruebas para el montaje de la celosía y está realizando ahora la instalación completa del prototipo.

El autoizado se realiza mediante dispositivos hidráulicos colocados en el suelo que permiten elevar la torre completa introduciendo módulos por la parte inferior. Este sistema supone un gran avance para la logística del transporte y montaje de la torre, ya que al estar compuesta por elementos de menor tamaño no requiere ni camiones ni grúas especiales.

Ensayo de fatiga

Una vez montado, el prototipo servirá para realizar un ensayo de fatiga que, básicamente, consiste en reproducir en tan solo unos meses la vida real que soportaría el aparato durante 25 años de funcionamiento y, así, validar su durabilidad.

Con este propósito, se aplicarán varios millones de ciclos de carga en un innovador método de prueba que ha sido desarrollado junto con CENER (siglas del Centro Nacional de Energías Renovables). Si los resultados son positivos, como esperan sus promotores, las torres Nabralift comenzarán a producirse en serie, en principio, a finales de este mismo año.