Andoni LUBAKI

ZAFZAFI INICIA UNA HUELGA DE HAMBRE Y SED PARA OBLIGAR A RABAT A MOVER FICHA

El líder del movimiento popular Hirak del Rif, Nasser Zafzafi, comenzó el día 31 de agosto una huelga indefinida de hambre y sed para denunciar las torturas físicas y sicológicas sufridas. Pidió expresamente a su familia que sus restos sean enterrados en el Rif.

El pasado 26 de junio de este año el líder del movimiento Hirak, Nasser Zafzafi, fue condenado a veinte años de prisión. Junto a él, Mohamed Jalloul y Nabil Ahamjik, otros dos de los rostros más conocidos de un movimiento popular que surgió al amparo de las protestas que se iniciaron el 26 de octubre de 2016. Ese mismo día Mohsin Fikri murió aplastado por el camión de la basura cuando intentaba recoger su pescado, que la Policía arrojó a su interior cuando se negó a pagar un soborno.

Zafzafi se convirtió en la cara más visible de este movimiento de protesta que reivindicaba justicia para Fikri, y al mismo tiempo inversiones en infraestructuras, educación, trabajo y mejora de la sanidad, entre otras demanda. Esta revuelta popular ha supuesto la mayor crisis política del reinado de Mohamed VI y para poner fin a las protestas, en mayo del 2017, comenzaron unas masivas redadas en las principales ciudades y pueblos del Rif en busca no sólo de activistas sino también de simpatizantes del Hirak. Rabat no quería que el movimiento se extendiera a otras zonas del país ni que tuviera un eco internacional.

Nasser Zafzafi, que siempre ha negado ser líder de este movimiento, fue detenido tras interrumpir un viernes de ramadán al imam en una mezquita de Alhucemas y acusarle de trabajar para el majzen (expresión popular para designar al poder palaciego antidemocrático que impera aún hoy en muchos estamentos del país alauí). El día 31 de agosto, su padre anunciaba, a través de un video difundido por las redes sociales, en inicio de una huelga indefinida de hambre y de sed. También se refirió a su deseo expreso de que su cuerpo sea enterrado en el Rif.

Esta anuncio incendió no sólo las redes sociales sino también las calles de muchas ciudades tanto marroquíes como europeas. Miles de personas se han sumado a las manifestaciones no autorizadas y convocadas a través de las redes sociales. En un país donde la libertad de expresión y de prensa brillan por su ausencia, las redes sociales se han convertido en baluarte de las opiniones populares. Aunque Twitter no muestra los Trending Topic marroquíes, el término «Zafzafi» fue uno de los más buscados el 31 de agosto. En el ámbito de las redes sociales, el discurso de Rabat está perdiendo terreno.

La pelota, en el tejado de Rabat

La determinación de Zafzafi a no renunciar a la huelga de hambre y sed como forma de protesta pone la pelota en el tejado del Gobierno marroquí. Incluso organizaciones humanitarias marroquíes han pedido al Ejecutivo que haga todo lo posible para salvar la vida de Zafzafi. Todavía no ha habido una respuesta oficial a estos emplazamiento. Mientras tanto, la presencia de Nasser Zafzafi en organismos internacionales y medios de comunicación sigue aumentando. Pocos días antes del inicio de la huelga, el rifeño es uno de los trece finalistas que optan al XVI Premio Internacional Navarra a la Solidaridad. También se ha puesto en marcha una campaña en Twitter y Facebook para que le concedan el prestigioso Premio Sajarov a la libertad de conciencia que otorga el Parlamento Europeo.

Riduan Asouik es un exmiembro del Hirak, actualmente exiliado en Euskal Herria. «Sabemos que Nasser está recibiendo muchas presiones desde diferentes lados. Por una parte está el Hirak, que no quiere perder a una persona tan importante como puede ser él. Por otra parte, está su familia. Como es lógico sus padres no quieren perder a un hijo y ha recibido presiones para que no tome el camino de la huelga indefinida de hambre y de sed. Pero la determinación de Nasser es muy grande y la gente que tiene acceso a él así nos lo ha hecho saber. Creo sinceramente que si él dice que lo hará hasta las últimas consecuencias es porque será así», sostiene.

Ante la posibilidad de un eventual indulto a la vista de la magnitud y el alcance que está cogiendo esta cuestión para el Estado magrebí, Asouik es tajante: «No se espera un indulto. Es impensable. Mohamed VI nunca ha perdonado la pena impuesta a un activista como Zafzafi. Es por eso que ni se nos pasa por la cabeza que el rey pueda tomar esa decisión». «En Marruecos, un indulto se puede pedir por tres vías: puede solicitarlo el fiscal, la familia o el propio preso. Nasser no se va a arrodillar ante Mohamed VI y no cesará en su reivindicación por los derechos básicos para el Rif. Como he dicho antes, el fiscal (a través del monarca) es impensable que lo haga. Otra cosa es la familia, pero creo que Zafzafi ha les dejado las cosas bien claras a sus allegados y no habrá petición alguna en ese sentido», señala el activista en declaraciones telefónicas a GARA.

La determinación de los presos políticos rifeños de mantener la huelga de hambre y sed de forma indefinida es firme. Mohamed VI ya no puede parar la referencialidad y el carisma que está adquiriendo desde hace un par de años el líder del Hirak. En las revueltas aguas de la política marroquí es Rabat quien debe mover ficha.

Con el rostro de Zafzafi apareciendo junto a la de Abdelkrim El Hattabi (líder rifeño en la guerra contra los españoles), su figura lleva camino de convertirse en otro símbolo para los olvidados por Rabat. El Rif (mayoritariamente bereber) ha sido y es un problema para Rabat (árabe) desde su independencia a mediados del siglo XX. Posiblemente lo siga siendo en el futuro. Proporcionarle o no un héroe más a la población bereber, ya de por si reticente a las políticas provenientes de la capital alauí, es lo que está en juego para el Palacio Real de Mohamed VI, aquejado de cada vez más problemas de salud.